• Por Antonio Méndez

rendezvous luna album reviewCrítica

Dean Wareham, tanto en Galaxy 500 como en Luna, siempre ha escrito música exquisita para los amantes de la mejor melodía y de ambientes etéreos, ensoñadores, con texturas hipnóticas, ritmos seductores, guitarras expresivas, que tanto viajan desde el nervio a la laxitud.

Sus estupendos discos con Luna no consiguieron afianzar un proyecto que tras siete LPs puso punto y final de manera estupenda con “Rendezvous” (2004), un álbum magnífico que rebota en todas sus virtudes y en su concepto de sonoridad preciosista, melancólica, ensoñadora, espacial, atmosférica.

“Malibu Love Nest”, buen tema que abre el álbum, despliega una lírica poética basada en un cuadro de Ed Ruscha. Se trata de una rítmica evocación amorosa desde Malibú que hace ineludible la mención como influencia máxima en su música de la Velvet Underground y Lou Reed, en la faceta más pausada y melódica del neoyorquino, recayendo principalmente su vinculación, en la globalidad de su carrera, con temas del estilo de “Femme Fatale”, “Who Loves The Sun” o “Candy Says”. Los ecos de la guitarra de Sterling Morrison también son parte fundamental en la construcción del sonido Luna.

La huella de la Velvet es apreciable también en “Cindy Tastes Of Barbecue”, delicada melodía pop con la típica y atractiva vocalidad susurrante de Dean dominando la pieza acompañada por una cálida textura instrumental; o en “Speedbumps”, en donde se anima de manera prominente el tempo, convirtiéndose en una de las piezas más enérgicas de un álbum fundamentado en ritmos aquietados, reflexivos, en donde prima la construcción melódica y la búsqueda atmosférica.

“The Owl And The Pussycat”, basada en el poema de Edward Lear, es una de las mejores composiciones de “Rendezvous”, elegante, sofisticada, preciosa pieza con atractiva imaginería, bases de bossanova y una fenomenal aportación de la sección rítmica, en especial del bajo de Britta Phillips, quien también introduce coros en el tema.



“Astronaut”, de vivaz ritmo con fantásticas guitarras, parece un tema perdido de los mejores New Order, mientras que “Broken Chair” es una maravillosa melodía escrita por el guitarrista Sean Eden, cantada sorprendentemente por el propio Eden, quien tiene una voz similar a Wareham pero con una resonancia todavía, si ello fuese posible, más entristecida, enfatizando la atmósfera etérea del grupo y otorgando un tempo del Neil Young más lastimero en “After The Gold Rush”.

“Star-spangled Man” es otra gran canción con una fenomenal conjunción, de ritmo correoso, entre Lou Reed, Neil Young y Television. En “Motel Bamby” parece recurrir a la escritura automática en una etérea balada con retintín a Ray Davies y sus preguntas sobre los buenos tiempos pasados.


Si en “Broken Chair” Eden sorprendía, en “Still At Home” asombra componiendo y cantando con dulce y susurrante voz una de las grandes joyas del disco, magistral melodía dream pop con un estribillo seductor y unas texturas instrumentales envolventes que vuelven a recordar a un joven Neil Young.

“Buffaloo Boots”, tema de querencia Velvet, y “Rainbow Babe”, canción de tempo lento con apreciable trabajo en la percusión, son las dos piezas que cierran el disco.