• Por Antonio Méndez

pj-harvey-uh-hugh-herCrítica

Después de “Stories From The City, Stories From The Sea”, PJ Harvey prorrogó con “Uh Huh Her” (2004) un fenomenal catálogo de temas intensos, apasionados, íntimos… sin florituras en la imaginería, directo en el estupendo trato lírico.

Musicalmente pervive en su muestrario garage-noise-blues, con distorsión eléctrica y vinculación con Frank Black y compañía, y en pasajes acústicos que retoman huellas femeninas de Joni Mitchell o Patti Smith.

Es un disco muy logrado, con temas centrados en torno a la relación de pareja, que tanto hablan de celos, como de ruptura, autoafirmación, vergüenza, sexo…

Entre ellos valiosas piezas de corte eléctrico, como “The Life And Death Of Mr. Badmouth”, en donde Polly Jean bajo un riff “lo-fi” de ascendencia blues, tempo amenazante y con acritud y humor negro arremete contra un hombre de venenosa palabra, o el noise-blues “Who The Fuck”, potente tema “pixiano” con una catártica Harvey en el apartado vocal, muy molesta porque (suponemos que sin permiso) le toquen el pelo.



En “Shame”, mostrando también su valía como autora de melodías, se acomoda a pautas más folk, al estilo de la citada Joni Mitchell, empleando ritmos de percusión de tipo latino con el sonido también de un acordeón interpretado por la propia PJ.

También el folk (y el blues) es la base de la estupenda melodía del medio tiempo “The Pocket Knife”, relato sobre independencia vital, que eso de casarse, “ná de ná”. Que no va con ella. Instrumentalmente destaca la buena atmósfera lograda con el empleo básico de la pandereta y la significación de la guitarra rítmica.




En “The Letter”, uno de los singles del disco, emplea metáforas sexuales en una pieza rock de gran intensidad gracias al trabajo del batería Rob Ellis y a las guitarras blues-rock a lo Queens of the Stone Age.

“The Slow Drug” es un corte muy atractivo por su cetrina y delicada atmósfera, con un buen uso de los teclados y la gran voz de Polly Jean otorgando hondura al significado emocional de un texto expresado siempre con la misma, pero hechizante, melodía.

“No Child Of Mine” es un breve cántico folk, un himno para cantar todos juntos al borde de una lumbre con la guitarra acústica. Este tema, ampliado, aparecería también en el disco de Marianne Faithfull, artista para la que PJ escribió el tema antes de añadir la coda en su propio álbum.



La  pieza rock “Cat On The Wall” contiene un funcional escenario sónico eléctrico, distorsionado, ajado, con PJ Harvey en plan obsesión y recuerdo amoroso.

El segundo single del disco, la esperanzada “You Come Through”, incluye una percusión tribal con juego de xilófonos y una melodía hipnótica sobre la amistad, mientras que “It’s You”, uno de los mejores cortes del álbum, se inicia con un piano barroco al estilo Left Banke para desarrollarse en un medio tiempo oscuro arropado en la distorsión noise y varianzas melódicas muy estimables.

“The End” es un corto instrumental de poco más de un minuto, dedicado a Vincent Gallo y con el empleo de, parece ser, un armonio. A ver, a ver. Póngamoslo otra vez. Sí, creo que sí. Bonita melodía.




La última parte del disco depara dos baladas melódicas de corte acústico, ambas bastante folk y con influencias de Joni Mitchell o Neil Young, “The Despearte Kingdom Of Love” y “The Darker Day Of Me And Him”.

En el medio de los temas sonido gratuito de gaviotas.