• Por Antonio Méndez

Los Primal Scream en su vertiente más Rolling Stones. Esto es lo que depara “Riot City Blues”, disco animoso que festeja el rock atemporal, el boogie-rock, el R&B, el pub-rock y el psico-garaje de los 60, remedando trazas tanto de los Stones (su principal y esencial influencia) como de los Stooges, Canned Heat, MC5, Pretty Things, New York Dolls, los Faces o el glam-rock de T. Rex o David Bowie. Incluso algún corte psicodélico de herencia “JimMorrisiana”.

A pesar de su derivación, es un gozoso disco con composiciones directas, urbanas, llenas de energía, riffs potentes, ritmos cimbreantes, voces jaraneras… en donde tanto suenan unas entusiastas guitarras como un piano, armónicas o una mandolina.

La fiesta rockera comienza con la agitada “Country Girl”, en donde Bobby Gillespie canta una línea de texto del “Street Fightin’ Man” de los Rolling Stones, reverencia clara a su banda favorita reiterada en todo un disco que prosigue con piezas sensacionales como “Nitty Gritty” o la magnífica “Suicide Sally & Johnny Guitar”, fibrosa combinación de estrofa acústica con jadeante estribillo eléctrico que mixtura a los Stones más sudorosos con los New York Dolls y el Bowie de “Ziggy Stardust”. Uno de los mejores momentos del disco. Qué temazo.

El disco, cerrado con la lastimera balada country-gospel con banjo “Sometimes I Feel So Lonely”, se puebla de sonidos garage-rock, boogie-rock y R&B, que encuentran a los Sonics con los Stones, los Canned Heat, T. Rex, los Chesterfield Kings, los Faces o los 13Th Floor Elevators: “The 99Th Floor”, “We’re Gonna Boogie” o la gloriosa “Dolls (Sweet Rock And Roll)”, perfecta fusión entre Jagger y Bolan.

Otros pasajes del álbum son “Hell’s Coming Down”, con mandolina, fiddle y voz a lo Bon Scott, y las atmosférico-psicodélicas, de tono ominoso, “When The Bomb Drops” y “Little Death”. El primer corte con la participación definitiva en la elaboración de su sonido de Will Sergeant, el guitarra de los Echo & The Bunnymen, y un notorio trabajo de Gary “Mani” Mounfield en el bajo.

El segundo, con ascendencias de la psicodelia de finales de los 60 (en especial los Doors), ornamenta su gradación misteriosa con sonidos de tipo oriental y voz laxo-lisérgica.

Puntuación

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