• Por Antonio Méndez

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En su séptimo disco en estudio Sufjan Stevens buscó una purga emocional, una catarsis ante la dolorosa ausencia de su madre, Carrie, mujer esquizofrénica y adicta a las drogas que mantuvo una intermitente relación con su hijo.
Falleció tras sufrir un cáncer en el año 2012.

Las canciones de este disco de cantautor con el título de “Carrie & Lowell” (Lowell era el padrastro de Stevens) reflejan con fundamentos folk pop y rasgos de pop barroco sentimientos de vulnerabilidad, emociones de tristeza, pérdida, abandono, búsqueda de refugio en la creencia religiosa o espiritual, en piezas acústicas de gran belleza melódica al estilo de unos Simon & Garfunkel, Nick Drake, Cat Stevens, Elliott Smith, Magna Carta… voces dulces y poética de entidad que evocan pasajes autobiográficos, referencias bíblicas o alusiones mitológicas.
Su mayor flaqueza es la monotonía en tempos lentos del conjunto y la escasa variedad en el concepto de sonido.


Cercanías de espíritu. Miedos. Duda. Momentos de aceptación. Aceptar la vida y aceptar la muerte…
“Death Of Dignity”.
Sufjan siente el vínculo con su madre muerta en una expresión susurrante de alta talla melódica con base folk barroca.

La dulzura en los arreglos vocales es constante en el álbum.
“Should Have Known Better” embellece la tristeza de la tragedia, del dolor por la ausencia, con una fenomenal, elegante melodía equilibradamente arreglada.

“All Of Me Wants Of You”.
Iniciación sexual. Experiencias domésticas.
Stevens, siempre con voz apacible, crea una delicada, etérea narración autobiográfica cercana al dream pop sobre esencias folk.




La mística se aprecia en “Drawn To The Blood”, protección en la creencia religiosa…
Mi oración ha sido siempre amor en un escenario de posible violencia física.

La influencia de Simon y Garfunkel se muestra en “Eugene”.
Nostalgia de la infancia con referencias a Oregón.

Una de las mejores melodías del disco, casi como una canción de cuna con fondo de pop ensoñador, es la de “Fourth Of July”, diálogo entre madre e hijo, entre vida y muerte.
Todos vamos a morir.

“The Only Thing” plantea un suicidio abortado por sus convicciones religiosas.
El sonido es su habitual mezcla entre folk y pop barroco.


sufjan stevens fotos Punteos dinámicos en la canción que titula el álbum, “Carrie & Lowell”, corte folk con toques country en progreso dream pop, gratos juegos vocales y una admirable sutileza en los arreglos.

Con “John My Beloved” vuelve a ubicarse en aspectos bíblicos reclamando protección divina ante el sufrimiento y creando, con posible metáfora, escenas sobre el vínculo entre Jesucristo y Juan Bautista con referencia mitológica a Ícaro.

Escapismo. Suicidio ante el desamparo.
Stevens regresa a un consuelo autodestructivo (hereditario) en “No Shade In The Shadow Of The Cross”, antes de terminar el disco con “Blue Bucket Of Gold”, subrayado de temas líricos y arreglos.

Una lástima la carencia de variedad rítmica y sónica sobre un talento incuestionable para la melodía, la interpretación y la creación de textos.