• Por Antonio Méndez

super furry animals love kraftCrítica

Con un chapuzón acuático comienza “Love Kraft” (2005), nuevo disco de los Super Furry Animals, un conjunto de Gales que retiene con este trabajo todas las pautas sónicas de sus discos previos.

Es decir, composiciones melódicas con ropajes psicodélicos y progresos art rock, complejos arreglos e inventivas texturas que tanto deben a los Beach Boys como a los Beatles o Pink Floyd.

“Zoom”, space rock con imaginería religiosa en donde se incluyen vírgenes llorando sangre, es un hipnótico medio tempo psicoprogresivo lleno de detalles sonoros, con un progreso épico en sus magníficos arreglos instrumentales y vocales, y un impresionante coro, muy adecuado a la base apocalíptica de la pieza.
El tempo y la melodía recuerda bastante al primer Neil Young.




“Atomik Lust” es un corte lento psicodélico, de suave melodía beachboyera con base de piano lennoniana y letra autocomplaciente interpretada por Dafydd Leuan (quien dice que le encantaría ver alguna vez el final de “Ciudadano Kane”).

A mitad de pieza se enardecen las guitarras distorsionadas para recuperar de nuevo, tras el ruidismo, la dulce melodía con campanillas a lo hermanos Wilson. En la parte final retornan las guitarras.

”The Horn” es una animada canción folk para cantar todos abrazados bien contentos y con un par de cervezas en las manos: “Go, Go, With The Flow, lalalalala…”.
También muy neilyungnera o, mejor dicho, Crosby,Stills, Nash & Youngnera.



Fenomenal tema “Ohio Heat”.
Con melodía folk rock californiana, dulce voz y espléndidas armonías vocales de ecos a lo Buffalo Springfield o a (¿otra vez?) C,S,N &Y.

El dream pop de “Walk You Home” tiene una elegancia y una sutileza fantástica con Cian (voz similar a la de un Ray Davies producido y arreglado por Boettcher o Burt Bacharach) intentando conquistar a una chica a pesar de su timidez.

También se escuchan unas voces a lo Beach Boys y suntuosos arreglos de cuerda.

El single “Lazer Beam” es un ejercicio disco-lisérgico para bailar en las pistas de baile y cantar su fácil y adictivo estribillo.
No pega nada con el resto del disco pero resulta divertido cuando se escucha tras diversas ocasiones.

La plausible “Frequency” parece comenzar con trazas de soul sofisticado antes de adentrarse en la psicodelia 60’s, con resonancias orientales en los arreglos de cuerda.

Armonías vocales magníficas, textos que parecen irónicos con comentario social, preciosistas arreglos, y un desarrollo melódico que termina atrapando y provocando el canto en un estribillo lleno de clase.




Después de mover las caderas con el instrumental “Oi Frango”, lounge-funk-psicodelia, suena “Pscylone!”, con ritmos funk y percusión africana, letra absurda con retahíla de dinosaurios y experimentación ecléctica a lo Beck.

“Back On A Roll” es una optimista y enérgica pieza con ecos del Paul McCartney con los Wings en el “Band On the Run” o de los Beatles del “Magical Mystery Tour”.

Después del bullicio llega la calma con “Cloudberries”.
Gran atmósfera y melodía en un corte con diversos ritmos, que incluso depara sonidos brasileños.

El disco se cierra con “Cabin Fever”, una bella canción de reencuentro.
Larga intro de piano con conversaciones de fondo y tempo a lo Lennon, arreglos de cuerda, voces turbadoras, melodía maravillosa…

Un gran y subestimado álbum.

Puntuación

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