• Por Antonio Méndez

the byrds review sweetheart of the rodeoCrítica

La llegada de Gram Parsons al seno de los Byrds cambió por completo (a pesar de la querencia hacia el country que siempre había mantenido Chris Hillman) los sonidos psicodélicos previos mostrados por la banda americana para abrazar la causa máxima de Parsons, la mirada extemporánea hacia la música country americana y su actualización en lo que el mismo fue el máximo pionero: el country rock.

Los que detesten la música country encontrarán inaguantable y latoso este disco.

Los que gusten bucear en este recodo de la música norteamericana lo disfrutarán a fondo, aunque resulten muy superiores los trabajos en solitario de Parsons (mucho mejores melódica y emocionalmente), pues este disco es un trabajo excesivamente valorado, principalmente por la abrupta permutación en su sonido enraizado, cosa que en verdad resultó negativa para los Byrds ya que habían firmado con anterioridad una obra maestra en su anterior entrega, “Notorious Byrds Brothers”, una maravilla del pop lisérgico.

Con posterioridad a este trabajo, los Byrds fueron lentamente perdiendo fuerza y calidad, bifurcandose en diferentes trayectorias.

Banjos, mandolinas y steel guitar a todo trapo en buenas adaptaciones de Bob Dylan como “You Ain’t Going Nowhere” o “Nothing Was Delivered”, bonitas revisitaciones de “The Christian Life” (escrita por los Louvin’ Brothers) o “You Don’t Miss Your Water” (de William Bell).

Composiciones propias sólo hay dos, ambas de Parsons y ambas de fenomenal factura, la famosa “Hickory Wind” y “One Hundred Years From Now”, sin duda, el mejor tema del álbum pues presenta la melodía más acertada, además de contener frescura, ritmo y un grado mayor de excitación que el conjunto global del álbum.

Mejor que “Sweetheart Of The Rodeo” es escuchar las obras maestras de Gram Parsons “GP” y “Grievous Angel”, auténticos tratados de fenomenal country rock.