Crítica
El disco debut de los Clash y un trabajo esencial en el primer punk británico, ya que es uno de los que mejor representa las características y esencia del bravío estilo.
La vibrante ejecución rítmica y vocal, el punzante sentido crítico, la vehemencia lírica o la observación mordaz desde un punto de vista de desolación urbana.
Estos son rasgos de este gran álbum cuya principal función es adentrarse en los procesos neuronales del oyente para que éste desafíe desde sus posturas el autócrata sistema en el que se encuentra mientras se deja envolver por unas canciones de pujanza vocal e instrumental que conjugan en la etapa final de los años 70 la rebeldía del más clásico rock’n’roll con un sentimiento de angustia y cólera juvenil.
Algunos de sus cortes son “What’s My Name?”, “Remote Control”, “Janie Jones” o “White Riot”.