• Por Javier Platas

the sweet greatest hits albumCrítica

En la etapa glam-rock, The Sweet fueron uno de los más festivos y enérgicos combos surgidos en la Gran Bretaña de comienzos de los años 70.
Imposible no palpitar con sus pegajosos estribillos, excitarse con sus rocosas guitarras hard rock, ritmos martilleantes, actitudes teatrales plagadas de histrionismo y melodías adhesivas derivadas del pop bubblegum, no en vano la banda comenzó su carrera practicando este estilo a finales de los años 60.

Desde su primera etapa el predominio en la composición fue de la pareja de productores Nicky Chinn y Mike Chapman, artífices de grandes éxitos para gente del período como Mud o Suzi Quatro.




Para The Sweet, y mezclando el hard rock con el bubblegum, escribieron sus característicos temas repletos de frescura, descaro, diversión… con canciones estupendas como “Hell Raiser”, “Little Willy”, “Blockbuster”, “Ballroom Blitz”, “Teenage Rampage” o “Wig Wam Bam”, himnos atemporales que crecen y crecen con cada escucha por su fortaleza rítmica, sus potentes riffs, su funcionalidad lúdica y sus contagiosos estribillos que se incrustan con incisión máxima en el ánimo del oyente.


Más tarde, y sin perder el excelente proceder melódico, el grupo, que en su momento no fue tomado en serio por la obtusa crítica inglesa y que influyó a no pocas bandas hard rock posteriores, se hizo con el control de la composición, acerando el sonido y regalándonos composiciones propias de gran calibre como el vibrante rock de “Action” o su obra maestra, “Fox On The Run”, una memorable pieza iniciada a golpe de sintetizador tocado por el guitarrista Andy Scott antes de que el fenomenal vocalista Brian Connolly comience a narrarnos una historia de desengaño y abandono, expuesta con repulsión y acrimonia.
En este estupendo recopilatorio se echan en falta varios temas, entre ellos el éxito “Love Is Like An Oxygen”.