• Por Antonio Méndez

the vines winning days review criticaCrítica

La lisérgica portada de “Winning Days” (2004) manifiesta bien cual es la música y el período sonoro que más estimula a Craig Nicholls, el cantante, guitarrista y compositor principal de The Vines:
La etapa final de los años 60, cuando el consumo de ácido provocó algunas de las creaciones más singulares e imaginativas de la historia del rock.

Con Rob Schnapf de nuevo llevando la batuta en el estudio, “Winning Days” despliega una acumulación de sonidos deudores del momento, en especial de discos de los Beatles (“Revolver” o “Rubber Soul”), del jangle pop de los Byrds (“Notorious Byrd Brothers”), del sunshine pop de Curt Boettcher (con sus proyectos Sagittarius o Millennium), sin olvidar sus apariencias actuales, con herencias de Nirvana, You Am I, Supergrass o The Verve.




El disco se abre con “Ride”.
Agitada y enérgica pieza más power pop que otra cosa, con progresión de acordes nirvaneros y un estribillo que recuerda a unos melódicos Foo Fighters, sin olvidar referencias como The Who, Beatles o Supergrass, en su neo-bubblegum de ropaje post-grunge.
Cuenta con un pegadizo estribillo cantado a dos voces y unas letras banales que dice más bien poco más allá de su funcionalidad en la ubicación estructural del tema.

“Animal Machine”.
Es un corte garajero de tono amenazador y aceramiento paulatino en el que vuelven a recordar mucho a Nirvana, e incluso, en momentos, a Cheap Trick.



Con “TV Pro” se mueven más en campos psicodélicos, manteniendo una alternancia de tempos entre unos versos aquietados de gradación ensoñadora y voz aguda, y un estribillo potente lleno de distorsión, ensamblados por un ahhhh ahhh ahhh ahhh.
Resulta similar a los mejores temas de neosicodelia musculada de Supergrass.

“Autumn Shade II” es una balada acústica.
Tiene una hermosa melodía, armonías agradables y letras empapadas en lisergia ejecutadas con un pulcro tratamiento vocal.

“Evil Town” presenta un abrasivo fondo guitarrero, un tempo pausado con instrumentación metalera a lo Black Sabbath o, incluso volviendo al grunge, Alice in Chains, con referencias en el texto a las Shonen Knife y los Kills (¿o se acuerdan de las Bikini Kill?)
Bueno, es lo mismo, eso no interesa demasiado.


A partir de aquí el disco se propulsa principalmente a sonidos 60s, con:

“Winning Days”, medio tiempo acústico que mixtura los Beatles más folkies con los Beach Boys, empleando un interesante juego de voces y una sencilla pero bonita melodía
“She’s Got Something To Say”, una rítmica pieza power popera que pone otra vez de manifiesto su querencia por los Fab Four
“Rainfall”, fenomenal corte a lo Byrds, con la guitarra jangle otorgando un buen ‘feeling’ a este melódico medio tiempo




“Amnesia”, con intro de batería y armonías psicodélicas, recuerda a sonidos del “Revolver” de los Beatles.
Es un gran tema lento, con plausibles texturas psicodélicas y una envolvente y etérea atmósfera.

“Sun Child” comienza con una guitarra acústica para desarrollar una balada-himno de sonidos folk-rock que parece un tema de Oasis copiando los procederes de Lennon/McCartney con guitarra a lo Roger McGuinn y buenas armonías.

Después de este último recorrido centrado básicamente en sus referencias 60’s el disco termina con “Fuck The World”, canción rockera bastante prescindible por la escasa autenticidad de su ímpetu punk.