• Por Antonio Méndez

the life pursuit album review criticas de discosCrítica

Stuart Murdoch y sus chicos escoceses Belle and Sebastian retornan al panorama musical con otra entrega de su luminoso, preciosista pop en un conglomerado de estilosos sonidos con melodías cautivadoras, arreglos sofisticados, estampas urbanas con curiosos personajes y situaciones, tonos luminosos y dulces voces con juegos vocales que combinan a la perfección la voz masculina con la femenina.

Compuesto por unas canciones menos ornamentadas que en su disco anterior producido por Trevor Horn, el álbum se abre con “Act Of The Apostle”, tema con el protagonismo de una adolescente con su madre al borde de la muerte que se evade con las peripecias desérticas de los apóstoles o las melodías de Cat Stevens (concretamente la maravillosa “Morning Has Broken”).

Elegante tempo con sonidos de piano y ecos del pop barroco-jazz de los Zombies sin olvidar los ejercicios sunshine-pop de Curt Boettcher.

“Another Sunny Day” es un refrescante y optimista jangle-pop con las guitarras repicando a lo Byrds y un acompañamiento puntual de cándidos y bonitos coros y armonías femeninas de Sarah Martin.




Sonidos fuzz para “White Collar Boy”, tema con un ladronzuelo como personaje central que comienza muy similar al “Hot Love” de T. Rex para desarrollarse en una pieza pop con trazas rítmicas del bubblegum-glam de los Sweet, coros a lo Cowsills y final a lo David Bowie.

En “The Blues Are Still Blue” de nuevo Murdoch muestra su querencia bolaniana con un boogie-rock muy T. Rex con resonancias en el estribillo de los efervescentes Beach Boys pre-psicodelia.

“Dress Up In You”, canción sobre celos profesionales entre dos amigas distanciadas con Stuart en su vertiente vocal más Kinks 60’s, exhibe la facilidad del grupo escocés para construir preciosas melodías pop con bellos arreglos de viento a lo Burt Bacharach que remedan con estilo la pegadiza melodía.




En la palpitante y “glammy” “Sukie in the Graveyard”, suenan teclados, trompetas, un breve solo guitarrero y la voz está claramente inspirada por la sensualidad del Marc Bolan de “Electric Warrior”.

El bailable pop-soul de ”We Are the Sleepyheads” contiene unos “parapararapapapapararapapa” de Sarah Martin netamente sesenteros (voces como las que suenan a menudo en los créditos o en las bandas sonoras de las comedias de Pedro Lazaga de la época, de esas antipretenciosas que cuatro necios-esnobs denostan sin ni siquiera haberlas visto) mientras que “Song for Sunshine” es puro funk 70’s a lo Sly Stone, Funkadelic o Stevie Wonder pre-chorradademujerderojo.

El single “Funny Little Frog” es lo más cercano a los Zombies que se puede escuchar ahora. Incluso Stuart parece el mismísimo Colin Blunstone en la voz, Rod Argent parece sonar en los teclados y Chris White mover el flequillo mientras toca su vitaminado bajo.




Parece que los primeros Zombies siguen encandilando a Murdoch y vuelve a remedarlos en “To Be Myself Completely”.
Pues fenomenal. Mejor imitar a estos que a otros.

“Act of the Apostle II” simula una pieza a lo George Gershwin que podrían formar parte de un número musical de Broadway.
El tramo final enlaza con la melodía del Act I.

“For the Price of a Cup of Tea” es una sobrante pero feliz pieza para cantar en conjunto con falsete incluido.

“Mornington Crescent” cierra el disco en tonos menores con una balada con algún que otro sonido country.

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