• Por Javier Platas

Crítica

El primer trabajo de la Allman Brothers Band sin la presencia de su guitarrista líder Duane Allman fue este admirable trabajo de bucólica portada y comunero espíritu empapado de blues-rock y country-rock y destacado por la preeminencia guitarrera de Dickey Betts y el trabajo en los teclados de Chuck Leavell, futuro colaborador de los Rolling Stones.

Es el propio Betts el que destaca en la tarea compositiva elaborando las canciones más importantes del disco, las excelentes “Ramblin’ Man”, “Southbound” (blues-rock con toques soul y voz de Gregg Allman) o “Pony Boy” (en la que Dickey interpreta el dobro).




Su tema más recordado es el instrumental “Jessica”, una pieza dotada de una atmosférica y elegante interactuación entre guitarra y piano, que erige a Betts y a Leavell como los dos miembros básicos de este notable disco.

Gregg, aunque menos inspirado que su colega en la escritura, presenta cortes de gran calidad como “Wasted Words”, aliñado con una excelente slide guitar Dickey, o las piezas blues “Come And Go” y “Jelly Jelly”, canciones en las que se puede apreciar el enraizamiento de la sonoridad de los Allman Brothers con las pautas más tradicionales de la música americana.

El bajista Berry Oakley falleció en mitad de las grabaciones (sólo participa en dos piezas), siendo sustituido por Lamar Williams.

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