• Por Antonio Méndez

Crítica

El fallecido autor neoyorquino Mario Puzo, con la ayuda de su compañera sentimental Carol Gino, recreó con “Los Borgia” las sibilinas peripecias familiares con la figura de un patriarca manipulador en la cúspide de la jerarquía. Algo que ya había realizado en un escenario muy diferente con su obra más famosa, “El Padrino”.

Ambientada en pleno Renacimiento, época de ebullición política y artística que da lugar a apariciones en la novela de personajes históricos como Miguel Ángel o Maquiavelo, este título fabula sobre las andanzas del corrupto papa Alejandro VI/Rodrigo Borgia, de origen español, y sus hijos César, Lucrecia, Juan y Jofre.




La narración se desarrolla en diversos puntos de vista a través de sus principales caracteres, a quienes Puzo y Gino intentan humanizar en sus motivaciones y actitudes otorgándoles una dimensión mayor que en otros relatos o estudios históricos sobre la afamada parentela. Llama la atención el ansia del autor italiano por exaltar a Lucrecia Borgia, alejándola de su usual y pérfido retrato histórico y exhibiéndole como víctima utilizada por sus parientes.




Aunque los personajes resultan un tanto acartonados más alla de una artificiosa singularidad en el concepto “desesterotipador” y la narrativa, generalmente ligera, posee pasajes un tanto pesados en un batiburrillo de diferentes emociones (épica, drama, romance, intriga…), destaca la hábil descripción del lugar y la época histórica, y la conservación exigible del interés en una sugestiva maquinación en torno al poder político, el amparo familiar, el despotismo, la traición, el deseo amoroso y sexual, la manipulación o la ambición sin límites, asuntos atemporales que junto a la lógica curiosidad suscitada por la galería de personajes, el período y el ambiente seguramente sean degustados con moderado placer por los amantes de la ficción histórica.

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