• Por Antonio Méndez

enrique-jardiel-poncela-cinco-advertencias-de-satanasSinopsis

Félix es un adinerado cuarentón que ya está un tanto cansado de hacer de Don Juan junto a su interesado amigo Ramón (quien suele recoger las mujeres que él deja por el camino) e intentar sentar cabeza con una joven llamada Coral. Sin embargo, un encuentro previo con el diablo pondrá en peligro su objetivo.

Crítica




La significación de Enrique Jardiel Poncela se encuentra en su inventiva para crear situaciones de comedia con base en el disparate, lo inverosímil, la actitud cínica, el absurdo… en ambientes con reflejos de la alta comedia hollywoodienses, principalmente la screwball comedy (recordemos que Jardiel llegó a participar en el Hollywood a comienzos de los años 30 como guionista).

En “Las Cinco Advertencias De Satanás”, aunque con la presencia fantástica del diablo que aparece en el título, estas características son obviadas casi por completo, abordando con un tono cómico pero sentimental las reflexiones de dos crápulas un tanto desorientados con el paso del tiempo.

La obra fue escrita en el año 1935 y está dividida en cuatro actos. Los dos primeros transcurren en Madrid y los dos últimos en Niza. Desarrolla una comedia romántica con toques fantásticos y escenarios refinados que trata asuntos como la búsqueda del amor ideal, la frustración vital o la fuerza del destino.




Comienza con la aparición ególatra y vanidosa de Ramón en interacción con Pedro, el criado de Félix y uno de los personajes secundarios de mejor enfoque humorístico, muy similar a esos criados de la screwball, testigos forzosos de los enredos amorosos de sus amos.
No carece la obra en su progreso de intercambio de diálogos ágiles y chispeantes, con buen empleo de la ironía y reflexiones en contraste generacional.

La aparición “invisible” de Satanás en un encuentro mefistofélico de información más que de pacto a lo Fausto, impulsa la acción al tema del destino inmutable y a una resignación ante la realidad del paso del tiempo.
Una pena que la resolución del conflicto sea un tanto culebronesca, y que el personaje luciferino-leonardino no tuviese mayor presencia. No obstante, una comedia meritoria de un maestro del teatro español.

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