Dirección: Charlie Kaufman.
Intérpretes: Jessie Buckley, Jesse Plemons, Toni Collette.
Con guión de Charlie Kaufman (“Cómo Ser John Malkovich”).
Sinopsis
Invierno. Una joven (Jessie Buckley) viaja con su novio, Jake (Jesse Plemons), con el que lleva saliendo unos meses, a una granja en donde residen los padres de Jake (Toni Collette y David Thewlis) con el objetivo de conocerles.
Crítica
Charlie Kaufman siempre se ha significado por su originalidad y en esta adaptación de un libro de Iain Reid no podía ser menos.
La película se inicia bien. Con voz en off percibimos los deseos de una estudiante y pintora que está pensando dejar a su novio al tiempo que sube a su coche para dar inicio a un viaje con fondo invernal, nevado, hacia un escenario rural aislado.
En este comienzo la acción transcurre mayoritariamente en el coche, con un vendaval agitando la carretera, y diálogos largos sobre pareja, sobre familia, recuerdos, con referencias culturales, desde los musicales tipo “Oklahoma” a los poemas de William Woodsworth.
El trayecto es ameno, interesante… ¿le dirá que quiere dejarlo?… las interpretaciones son plausibles y el tono es ligero.
Con la llegada a la granja se produce un giro que mantiene el atractivo de la historia con la inclusión surreal-excéntrica de los padres de él.
Kaufman comienza a acentuar el aspecto experimental, surrealista, de la historia, con alucinaciones, reiteraciones, cambios de nombres, transformación físicas rápidas, conversaciones entre el ridículo, el artificio, la caricatura y lo natural.
Parece una mezcla entre Woody Allen y David Lynch con toques de terror psicológico en un tono enfermizo, pesadillesco.
Tras una primera parte notable, de creciente atención sobre lo sucedido, el film se viene abajo en su segunda parte, convirtiendo su sugestivo enfoque de intriga friki-intelectual con unión de parejas extravagantes y utilización singular del típico personaje confundido fuera de contexto, en un delirio de alucinaciones y encadenados gratuitos de peroratas (“Una Mujer Bajo La Influencia” de John Cassavetes) bizarría sinsentido… en un coñazo.
No obstante, las interpretaciones son excelentes.
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