Dirección: Stefano Sollima.
Intérpretes: Benicio del Toro, Josh Brolin, Isabela Moner, Jeffrey Donovan.
Secuela de “Sicario” (2015). Con guión de Taylor Sheridan (“Sicario”, “Comanchería”).
Sinopsis
En Kansas se ha producido un atentado terrorista.
Poco después, el FBI encarga al agente Matt Graver (Josh Brolin) la misión de enfrentar a cárteles mexicanos, a los que creen responsables de transportar terroristas por la frontera.
Graver se pone en contacto con Alejandro Gillick (Benicio del Toro) para que mate a un abogado de de un cártel, y más tarde secuestre a la hija (Isabela Moner) de otro.
Crítica
Continuación de “Sicario”, acción de ambiente fronterizo cuya principal valía es su incisiva atmósfera de docudrama con violencia física, vinculación cultural y turbiedad moral en una confrontación sucia entre policías y narcotraficantes.
La secuela redunda escenarios del primer film y es repetitiva en acciones y motivos, con una sencilla historia criminal de falsa bandera.
Los personajes protagonistas tienen escasa profundidad más allá de la pose de duro antihéroe en un ambiente de vidas al límite. Les falta calado psicológico, contrapuntos, matices…
La acción está filmada con realismo y nervio, aunque en ocasiones recae en el efectismo.
Benicio del Toro y Josh Brolin, con mayor apariencia que fondo en sus personajes, están correctos en sus papeles, mientras que los secundarios, instrumentos clave para tratar las consecuencias de un contexto delictivo en el presente y el futuro de jóvenes en orientación, son demasiado planos para interesar.
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