Dirección: Federico Curiel.
Intérpretes: Germán Valdés (Tin-Tan), Ana Bertha Lepe, Ingrid Garbo, Pancho Córdova.
Con guión de Isaac Díaz Araiza (“Conserje Para Todo”, “El Patrullero 777”), G. Jason y Alfredo Ruanova (“La Huella Macabra”, “De Color Moreno”).
Sinopsis
Helen (Ingrid Garbo) acompaña a su padre (Pancho Córdova) en la búsqueda en la selva de las minas del rey Salomón y hacerse con su tesoro. Sin embargo, su expedición fracasa ante el asalto de unos caníbales. Tin-Tan, el hombre mono (Germán Valdés), se opone a que Helen y su padre, sean comidos por la tribu antropófaga al tiempo que se debate entre el amor por Helen o por Konga (Ana Bertha Lepe), la hija de la jefe de la tribu.
Crítica
Una locura resulta esta farsa paródica de Tarzán con el famoso cómico mexicano Tin-Tan (Germán Valdés) como el hombre mono en una presunta selva en donde tanto cabe un tigre (¡en África!) como un cocodrilo de plástico o similar.
Dos esculturales mujeres, la rubia Ingrid Garbo a punto de trasladarse a España, y la morena Ana Bertha Lepe en el período post-homicidio de su prometido Agustín de Anda por parte de su propio padre (tragedia personal que arrastró a su carrera profesional), se pelean por los favores de Tin-Tan, quien tanto luce biceps como rey de la selva como se regodea en leyes en plan abogado defensor. Ellas se cambian peinados, ropajes… aguantan bien el envite cómico de Valdés.
La película, muy pobre en puesta en escena, teatral, estática, irregular en su efecto cómico, con números musicales sobrantes, no se toma nada en serio (para bien) y acumula gags con múltiples recursos humorísticos: caracterizaciones entre el absurdo y la caricatura, cámara rápida, slapstick, rompimiento de la cuarta pared, acciones fuera de contexto, incluso un pequeño tramo en Technicolor tras rodar casi todo el metraje en blanco y negro.
Una chanza para incondicionales de su protagonista.
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