Dirección: J.J. Perry.
Intérpretes: Jamie Foxx, Dave Franco, Snoop Dogg, Karla Souza.
Con guión de Shay Hatten (“Ejército De Los Muertos”) y Tyler Tice.
Sinopsis
Aparentemente, Bud Jablonski (Jamie Foxx) trabaja en un servicio de limpieza de piscinas en el Valle de San Fernando de California, pero en realidad es un cazavampiros.
Cuando su exmujer, Jocelyn (Meagan Woods), pretende trasladar a su hija Paige (Zion Broadnax) al estado de Florida por no poder pagar su colegio, Bud, tras no lograr el dinero deseado en una casa de empeños por los dientes de los vampiros, vuelve a sindicarse para obtener más ganancias y es ocupado en el turno de día, en el que está acompañado por Seth (Dave Franco).
Crítica
El especialista en escenas de acción J.J. Perry debutó como director de largometrajes con esta cinta que mezcla acción, humor y fantasía sobrenatural.
Tiene huellas ochenteras (“Los Jóvenes Ocultos”, “Noche De Miedo”…) y modos que copulan a Van Helsing con John Wick.
No falta violencia ni algún momento gore en una lucha de vampiros y humanos.
La trama es floja, con claves manidas de vida secreta, padre protector, venganza de familia, comedia de pareja dispar, ambiciones de poder en ámbitos “underground” o pugnas sindicales con reencuentros.
Lo que le interesa a Perry es lucir la acción en peleas, con contorsiones de cuerpos o persecuciones motorizadas.
Tal lucimiento lo logra en alguna ocasión, en especial en su introducción.
Como complemento de la acción dentro de una historia olvidable, el humor necesitaría más ingenio y desenfado y los personajes mayor fondo y/o carisma.
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