Dirección: Claude Lelouch.
Intérpretes: Anouk Aimée, Jean-Louis Trintignant, Antoine Sire, Pierre Barough.
Con guión de Pierre Uytterhoeven (“Una Chica y Los Fusiles”, “El Canalla”).
Sinopsis
Tras conocerse al compartir colegio sus hijos, Anne Gauthier (Anouk Aimée) y Jean-Louis Duroc (Jean-Louis Trintignant) comienzan una relación amorosa.
Crítica
Las interpretaciones del dúo protagonista y la famosísima melodía de Frances Lai que da título al film, con coros de Nicole Croisille y Pierre Barough, son los aspectos más destacados de este drama psicológico-romántico galardonado con el Oscar a la mejor película extranjera y con la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
A través de tonos íntimos, nostálgicos, y combinando momentos en blanco y negro con color, somos testigos de los coqueteos sentimentales de Anouk Aimée y Jean-Louis Trintignant en un ambiente costero… que si los contemplamos navegando plácidamente en un pequeño barco, caminando por una playa en donde también retoza un perro, o comiendo con los hijos de ambos y manteniendo conversaciones inanes en las que hay cabida tanto para el lucimiento políglota como para la cavilación sobre arte y vida de Giacometti.
No faltan, al margen de los ingentes ruidos de motores (Trintignant interpreta a un piloto), sonidos melancólicos de piano, órganos y trompetas, y alguna interpretación de canciones, incluida una brasileña por parte de Pierre Barough (en una especie de videoclip con apariciones de cómics de Astérix, Bicot y Lucky Luke).
Los recuerdos de un pasado feliz y las sensaciones de un presente de nuevas miradas, caricias y deseos, son acentuados emocionalmente por primerísimos planos de los rostros de los protagonistas con reflexiones en off, y por perspectivas generales que significan líricamente el ambiente en que se mueve la pareja. También nos sumerge puntualmente en un acontecimiento deportivo (el Rally de Montecarlo) con una realización en plan documento televisivo.
A pesar de resultar un apañado-sensible retrato de pareja incipiente en sus correrías amorosas, a esta sobrevalorada película le sobran escenas que se extienden sin medida, gran parte del texto rebota en naderías o en referencias pedantes, los personajes se despachan de forma superflua, y algún trazo estético-ensimismado resulta más cursi que profundo, confundiendo Lelouch en ocasiones apariencia y afectación con complejidad y sustancia.
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