Dirección: Takashi Miike.
Intérpretes: Koji Yakusho, Takayuki Yamada, Yusuke Iseya, Goro Inagaki.
Remake de una película de 1963 dirigida por Eiichi Kudo.
Con guión de Kaneo Ikegami (“Ketto”, “Dai Satjusin”) y Daisuke Tengan (“La Anguila”, “Agua Tibia Bajo Un Puente Rojo”).
Sinopsis
Japón, siglo XIX.
Trece samuráis se alían bajo el liderazgo de Shinzaemon Shimada (Koji Yakusho) para intentar acabar con un despótico y cruel señor feudal que intenta adueñarse del país asiático.
Crítica
Takashi Miike rodó con este film un remake de una película estrenada en los años 60 por Eiichi Kudo.
El resultado es un sobrevalorado reciclaje de las múltiples cintas rodadas en Japón sobre códigos de honor, justicia, cuitas de poder, lucha por la justicia ante el déspota feudal de turno, destino… que tan buenos ejemplos legó Akira Kurosawa, en especial con la pieza maestra “Los Siete Samuráis”.
Si se sobrevive al cacao de nombres cruzados de su introducción, se podrá contemplar en una narración más morosa que sosegada alguna imagen dura de mutilación, algún CGI de tercera y repetitivas escenas de combate.
Bastante aburrida, le falta ímpetu, complejidad y, entre otras cosas, una trama original fuera de los lugares comunes de proyectos similares.