Dirección: Charlotte Wells.
Intérpretes: Paul Mescal, Frankie Corio, Brooklyn Toulson, Celia Rowson-Hall.
Con guión de Charlotte Wells.
Sinopsis
Sophie (Frankie Corio), de once años de edad, pasa unas vacaciones en Turquía con su padre, Callum (Paul Mescal), grabando con su cámara de vídeo algunos momentos conjuntos.
Sophia observa a los adolescentes, canta en un karaoke, disfruta del mar, juega con un nuevo amigo llamado Michael (Brooklyn Toulson)… mientras tanto Callum intenta disfrutar del tiempo de ocio olvidando sus problemas económicos y evadido en extraños sueños de baile.
Crítica
Relato de sentimientos y sucesos que ocurren… y ocurrirán.
La película nos muestra situaciones de unas vacaciones en Turquía entre un padre y una hija.
De forma sutil, la directora y guionista, Charlotte Wells, deja ver cómo el padre, Callum, está atravesando un mal momento.
Reflexiones, recuerdos, una voz en off y algunas imágenes de la niña como adulta dan pistas de lo que sucederá tras unas vacaciones bajo el sol.
El film se cuenta enlazando recuerdos, momentos de felicidad, bromas, abrazos, descansos de estío, imágenes de vídeo caseras, flashes oníricos con bailes sofocantes, angustias catárticas entre las tinieblas de una discoteca.
Compartimos los despertares de la adolescencia de una niña abierta a todo tipo de estímulos externos… momentos que una Sophie adulta trata de entender.
La mirada protagonista es la de una niña observadora que graba.
Cuando es mayor recuerda, centrándose en la ausencia y el tormento que acompañaba a su padre.
Los sucesos se cuentan con delicadeza, con pausa.
Se puede pensar en los primeros tramos que no sucede gran cosa, pero el film logra generar curiosidad en su cotidianeidad.
La estructura narrativa no es clara.
Como suele pasar con los recuerdos lejanos en una memoria borrosa y fragmentada.
Una historia de fragmentos que el espectador tiene que armar y darle significado.
La música tiene un papel importante en la narración. Parece estar escogida con cierto sentido con uso diegético.
No se emplea para manipular la emoción.
De hecho, la mayor parte de los momentos emotivos transcurren sin música.
La fotografía, muy natural, consigue evocar los recuerdos, mezclando imágenes de calidez en la relación paterno-filial en un verano de sol con la oscuridad interior del padre y la curiosidad pre-adolescente con escenas de transición, fundidos…
Es un regreso al pasado para enfrentarse a la ausencia, con vídeos como medio de entender y dar respuesta a dudas.
Más que un relato, es un sentimiento.
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