• Por Antonio Méndez


Dirección: Martin Campbell.
Intérpretes: Mel Gibson, Ray Winstone, Danny Huston, Bojana Novakovic.

Película basada en “Edge Of Darkness”, teleserie de los años 80 dirigida por Martin Campbell. Guión de William Monahan (“Infiltrados”, “Red De Mentiras”) y Andrew Bovell (“De Cabeza”, “Lantana”).

Sinopsis

Thomas Craven (Mel Gibson) es un policía viudo de homicidios que en Boston investiga los hechos que rodean al asesinato de su propia hija, una activista política, descubriendo asuntos de corrupción y conspiración gubernamental.

Crítica




Después de varios años sin intervenir como actor protagonista, Mel Gibson volvió a la gran pantalla con este thriller policial y político dirigido por Martin Campbell, un artesano del cine de acción (“Casino Royale”, “La Máscara Del Zorro”) que condensa aquí con guión de William Monahan su propia serie televisiva de los años 80 “Edge Of Darkness”.

La película plantea una historia de venganza y de corrupción. Al estilo de “Yo Soy La Justicia” o “Venganza (Taken)”, el personaje central masculino se aleja de métodos ortodoxos, oficinismos parsimoniosos y buenismos de sofá, e intenta buscar su desagravio buscando justicia por su mano tras sufrir un hecho traumático familiar. El film posee trazas simples de drama psicológico con la proyección de íntimas y subrayadas sensaciones internas.




Al mismo tiempo se revela en su investigación una corruptela que pone de manifiesto maneras poco edificantes por parte de algunos elementos perniciosos de la burocracia-política más convertidos en aristócratas públicos que en servidores del ciudadano.

Gibson otorga intensidad emocional a sus acciones y Campbell narra con estilo, ponderación, siendo lo más sobrante los aspectos sentimentaloides con flashbacks de videos caseros y alucinaciones varias.

En la trama hay momentos de fecunda verborrea, incluyendo apuntes filosóficos por parte de uno de los mejores personajes secundarios, el interpretado por Ray Winstone, y también existen secuencias de acción violenta y purgante, casi siempre con coches por medio.

Aunque se entiende el dolor de la víctima, el mensaje de venganza catártica con búsqueda de justicia al margen de la ley no es que sea ejemplar, ya que todo se resuelve sin matices en su último tramo a base de pistola y tiros en la frente con una perspectiva simple y maniquea de caracteres.

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