Dirección: Rodrigo Sorogoyen.
Intérpretes: Dénis Menochet, Marina Foïs, Luis Zahera, Diego Anido.
Con guión de Rodrigo Sorogoyen (“Que Dios Nos Perdone”) e Isabel Peña (“El Reino”).
Sinopsis
Antoine (Dénis Menochet) y Olga Denis (Marina Foïs) forman un matrimonio francés que reside en una aldea gallega.
La pareja, dedicada a la agricultura, mantiene un conflicto con algunos de sus vecinos, como los hermanos Xan (Luis Zahera) y Lorenzo (Diego Anido), quienes acosan permanentemente a Antoine, “El Francés”, tras no querer firmar positivamente para vender su tierra a una empresa eólica.
Las tensiones entre las partes son crecientes…
Crítica
Thriller rural ambientado en la despoblada Galicia interior (aunque el rodaje se llevó a cabo en Ponferrada, León) que se basó en hechos reales.
En la historia los sentimientos de rabia, hostilidad, miedo, agresividad… van creciendo, recordando un poco a “Perros De Paja”.
Basada en hechos reales, la película explora la naturaleza violenta del ser humano, el instinto de supervivencia en un entorno hostil, el choque de concepto de justicia con el orden establecido.
La violencia no es explícita.
Se trata de una agresividad en la que bastan conversaciones, ironías, amenazas… significada en la relación entre Antoine (Dénis Menochet) y Xan (Luis Zahera) con la mesa o barra de un bar como espacio de enfrentamiento y tensión.
Son escenas dignas de un western y el reflejo de dos formas de vivir el mundo rural.
Por un lado, gente que llega de la ciudad, con estudios, instalados en un “paraíso perdido” para trabajar la tierra y restaurar casas abandonadas, comprometidos con mejorar su entorno; y otros que han llevado una vida dura en la aldea y buscan mejorar esa vida abandonando ese escenario a toda costa.
Las razones de unos responden a la ilusión.
Las de los otros son una necesidad.
El conflicto se tensa y se lleva al extremo hasta llegar a un ambiente insoportable con un salto temporal tras el clímax.
Ese desvío narrativo nos conduce a un drama, momento el que Olga (Marina Foïs), hasta ese momento más bien un personaje secundario, pasa a tomar el protagonismo de la historia.
El cambio de punto de vista del conflicto transforma la idea de violencia con contrastes entre perspectivas masculinas y femeninas.
La rabia y la ira se transforman en obsesión minuciosa, contenida, en constante búsqueda de justicia y venganza.
En cuanto a las interpretaciones, los cuatro protagonistas están estupendos: Diego Anido, Marina Foïs, Dénis Menochet… destacando la interpretación de Luis Zahera con una actitud desafiante en todo momento.
Todos los personajes tienen buen desarrollo, hace que se entiendan perfectamente ambas partes del conflicto.
El cambio narrativo afecta también al ritmo y a la puesta en escena.
Rodrigo Sorogoyen (“Que Dios Nos Perdone”) sabe marcar bien los tempos, el trabajo de cámara es muy bueno, sabe pausar el movimiento, crear tensión, sacar partido a planos secuencias con diálogos tensos, captar la intensidad de las conversaciones con la imagen estática, otras más explosiva, visceral, donde la cámara se mueve nerviosa entre madre e hija, encuadres desencajados…
La música, a base de percusión, resulta eficaz.
Sabe contrastar las imágenes y ayuda en la creación de tensión.
Sabe sacar provecho del escenario, escenas con profundidad de campo donde el entorno toma protagonismo.
Se
El punto de partida de la película es estupendo, con tensión en aumento pero el último acto resulta monótono, centrándose en Olga y con un vínculo final de miradas, de sentimientos, que no logra transmitir la emocionalidad que busca.
No obstante, una película destacada.
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