• Por AlohaCriticón


Dirección: Claude Chabrol.
Intérpretes: Isabelle Huppert, François Cluzet, Nils Tavernier, Marie Trintignant.


1941, en la Francia ocupada por el ejército nazi una mujer llamada Marie (Isabelle Huppert) intenta sustentar a su familia practicando abortos ilegales. Estas actividades conducirán a su detención y a ser sentenciada a morir en la guillotina.

Treinta años después de su primer film, Claude Chabrol permanece fiel a los principios que alumbraron aquella “nueva ola”, y que ahora, sin perder su horizonte, continúa madurando en sus lúcidas propuestas.

En “Un asunto de mujeres”, Chabrol, revive en el magnífico trabajo de Isabelle Huppert, la última mujer guillotinada en la vecina Francia.

El director galo, con un atrevimiento temerario, se lanza a analizar la enigmática mentalidad de una mujer, en una problemática de mujeres. El resultado, será un juicio más propio del género afectado.

La acción se sitúa en plena ocupación alemana, el hambre y la miseria serán el denominador común de la clase trabajadora, donde los hombres han desaparecido en los campos de batalla, o han vuelto incapacitados para la vida civil. Las riendas de lo que queda de las familias, pasará forzosamente a manos de la mujer. Los trabajos precarios o la prostitución, serán la alternativa para un mínimo sustento.

En este entorno, Marie, una mujer joven, con dos hijos y un marido al que repudia, optará por desarrollar toda su incentiva, toda su inteligencia en procurar aprovechar las oportunidades que le brindan las circunstancias. Todo ello en “un mundo de mujeres”.

La ausencia de hombres franceses, unido a la proliferación de la milicia germana, hará multiplicar la prostitución entre las más jóvenes, por lo que los embarazos no deseados serán frecuentes. Marie, encontrará en las caseras practicas abortivas un medio de ayudar a sus conciudadanas, y porque no, de mejorar su economía, totalmente al margen de cualquier consideración ética, superflua en un mundo de hambre y necesidad.

La despechada denuncia de sus actividades clandestinas acabará con la detención de la joven.

En el último cuarto del film, Chabrol cambia de registro, para apuntillar el ambiente y la humillación de su país durante la ocupación. El bochornoso colaboracionismo del gobierno de Petain, queda abiertamente manifestado en la desmesurada y oportunista sentencia en el caso de Marie, una simple abortista, sin prejuicios para sobrevivir.

Angel Lapresta

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