BARRY LYNDON (1975)
Dirección: Stanley Kubrick.
Intérpretes: Ryan O’Neal, Marisa Berenson, Patrick Magee, Hardy Krüger.
Siglo XVIII. Redmon Barry (Ryan O’Neal) es un Irlandés enamorado de su prima Nora (Gay Hamilton), la
cual, le abandona por el poderoso capitán Quinn (Leonard Rossiter) a raíz de los celos del
primero. Barry se bate con Quinn y éste queda muerto, por lo cual, tiene que
huir dejando a su madre y sus raíces. En su camino de huída, Redmon Barry
pasará por formar parte del ejército inglés, por enamorarse con una
holandesa, por formar parte de ejército prusiano y por ser ayudante de un
buen austríaco y tramposo jugador de cartas. Todo esto antes de casarse con
la condesa de Lyndon (Marisa Berenson), cuyo hijo llega a odiar profundamente a Barry (que
pasará a llamarse Barry Lyndon), lo cual creará, junto con su codicia,
inimaginables y serios problemas en la vida de Barry y de su familia.
Nos encontramos ante una de las mejores películas del indiscutible genio
Stanley Kubrick: una obra maestra cuya definición completa al cien por cien
podría ser “magnífica”. Una película que fue merecedora de cuatro Óscar de
la Academia y que no se merecía menos, pues podemos ver en “Barry Lyndon” un
film perfecto, con unos diálogos, una imagen, y un todo que le convierte en
una verdadera joya, en cine puro.
Ésta película fue rodada utilizando sólo luz natural y de velas, lo cual
complicó mucho su rodaje, aunque valió la pena, pues podemos comprobar que
el reto que se propuso Kubrick de rodarla así, la convierte en una de las
películas con la más bella imagen de la historia. Ésto provocó que uno de
los Oscar lo ganase su fotografía. Y no saliendo del tema de la imagen, otro
fue a la mejor dirección artística, también indiscutiblemente merecido.
Otra estatuílla fue para el vestuario, el que se puede comprobar que es
también insuperable. Y su banda sonora tampoco se quedó sin premio. Y aunque
Kubrick fue nominado al mejor director, la suerte no se pudo completar, de
forma que le quitaron el premio dorado que tan merecido se tenía (decir que
fue injusto sería un error ya que no he visto ninguna de las otras películas
que fueron nominadas).
“Barry Lyndon”, sin embargo, fue la película menos valorada de Stanley
Kubrick, con un decepcionante e inesperado fracaso de taquilla y demás. ¿Los
motivos? Los desconozco, pero debían de ser muy gordos para hacer fracasar
así a semejante obra.
Las interpretacónes también son bastante buenas. Éstas junto con los
diálogos, han creado escenas memorables, por ejemplo la escena en la que
Barry y Lady Lyndon están dentro de su coche, él está fumando, ella le pide
que deje de fumar y él se lanza suavemente humo a la cara y continúa; o la
trágica escena en la que el primer hijo de sangre de Barry muere. Buscarle
algo malo a ésta película es difícil, como se puede estar comprobando.
Es un film lento, como Kubrick solía hacer sus obras, pero ese desarrollo
lento, de alguna manera, consigue que uno se meta aún más en la historia, la
cual, por cierto, está basada en la novela de William Makepeace Thackeray.
Pocas cosas más se pueden decir de éste película, sólo me queda por decir
que por favor, véanla, morir sin verla sería morir con la vida
incompleta.
José Ángel Go
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