Dirección: Jean-Pierre Jeunet.
Intérpretes: Elsa Zylberstein, Stéphane De Groodt, Isabelle Nanty, Youssef Hajdi.
Con guión de Jean-Pierre Jeunet (“Amelie”) y Guillaume Laurent (“Micmacs”).
Sinopsis
Año 2045.
Alice (Elsa Zylberstein), separada de Víctor (Youssef Hajdi), está en su casa llena de tecnología de última generación junto a Max (Stéphane De Groodt) y el hijo de este, Leo (Helie Thonnat).
En ese momento llega a la casa Víctor con su nueva novia, Jennifer (Claire Chust), y su hija Nina (Marysole Fertard).
Víctor y Jennifer van a viajar a una isla artificial en donde pretenden casarse.
En este contexto se produce una alteración que les encierra junto a su vecina, Françoise (Isabelle Nanty), sometidos a la dictadura de los androides Yonyx y protegidos por los robots domésticos.
Crítica
Historia futurista en la que la asistencia de los robots, hasta en la menor de las labores, convierte al humano en seres totalmente dependientes de la tecnología.
Mientras las máquinas domésticas se comportan de forma cada vez más humana, el enemigo común son los Yonyx, androides que quieren implantar una sociedad totalitaria.
La acción transcurre en su totalidad en una casa convertida en prisión bajo gestión digital.
Se inicia como una disparatada y divertida sátira de los excesos tecnológicos (por momentos recuerda al “Mi Tío” de Jacques Tati), conformando las relaciones hombre-máquina de forma simpática.
Más tarde, la trama evoluciona hacia una distopía de intriga, adoptando un tono más serio y con una acción más monótona.
El estilo visual es el habitual en las películas de Jean-Pierre Jeunet, muy cómic, colorista, extravagante… con exagerada gestualidad de los personajes y un recargado trabajo de cámara, aprovechando bien el espacio de la vivienda, casi como una sala de juego con estética retro-futurista.
Los pocos espacios exteriores son forzadamente artificiales.
El film parte de una sátira tecnológica y, tras centrarse en las relaciones personajes, se vuelve más tenso, volátil, con un humor más burdo y una trama más rocambolesca.
La visión que se da del futuro en una atmósfera hostil no pierde nunca el tono mordaz, con guiños a la situación actual (amenaza de un covid 50).
En medio de la historia se intercalan fragmentos de “Homo Ridiculus”, programa de televisión en el que los androides humillan a los humanos para generar comicidad en un juego de poder.
Jeunet apuesta por lo humano en una burla a la dependencia tecnológica.
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