Director: Vadim Perelman.
Intérpretes: Jennifer Connelly, Ben Kingsley, Ron Eldard, Frances Fisher.
Tras un error burocrático que provoca su desahucio y la puesta en subasta del inmueble, Kathy Nicolo (Jennifer Connelly) tendrá que abandonar su residencia en California, la cual será ambicionada por Massoud Amir Behrani (Ben Kingsley), un ex oficial del ejército iraní que anhela conseguir el sueño americano en los Estados Unidos.
Kathy luchará con todos los medios para intentar recuperar lo que era suyo.
“Casa de arena y niebla”, un título que adapta la novela homónima de Andre Dubus III, es un drama psicológico bastante moroso, cuyas principales valías son un final imprevisible y la estupenda interpretación de sus dos actores principales, Ben Kingsley y Jennifer Connelly.
Ben Kingsley, nominado al Oscar en la categoría de mejor actor, borda su papel de personaje bien situado y reconocido en su país de origen que debe comenzar de cero como inmigrante en los Estados Unidos.
Sus códigos de honor son totalmente dispares a las de su litigante, Jennifer Connelly, quien interpreta a una mujer marcada por un pasado solitario, depresivo y tortuoso inmersa, inesperadamente, en una situación equívoca que la lleva a ser desahuciada.
Vadim Perelman ensambla en esta película dos visiones totalmente opuestas del sentido de la propiedad, la necesidad económica y los valores morales, enfrentando el orgullo de un padre de familia desesperado con la indiferencia de una mujer sola que lucha por una propiedad que nunca sintió suya.
Utiliza primordialmente primeros planos y acomoda el ritmo al movimiento de la niebla y el mar en una impresionante fotografía de Roger Deakins aunada con una acorde banda sonora compuesta por James Horner.
Si bien el contenido resulta interesante en base a su choque cultural, la lentitud con que se desarrolla el argumento y alguna escena de escasa significación, provocan que la película sea un tanto insulsa en su inicio y aunque a medida que va transcurriendo el metraje la trama va ganando en interés, el film no terminará de cautivar emocionalmente al espectador más exigente.
Tónia Moles
Fichas en AlohaCriticón