CIUDAD SIN LEY (2005)
Dirección: David J. Burke.
Intérpretes: Morgan Freeman, Kevin Spacey, Justin Timberlake, LL Cool J.
En Edison, ciudad reinada por la inmoralidad y la falta de escrúpulos, un
joven periodista (Justin Timberlake) obsesionado por ganar un Pulitzer,
junto con la ayuda de un policía jubilado (Morgan Freeman), tratará de sacar
a la luz un oscuro episodio de violencia y corrupción en un caso de
asesinato en los que se ven envueltos dos integrantes de la unidad de
policía de élite FRAT (Táctica y asalto en primera respuesta).
Con 37 millones de dólares de presupuesto a sus espaldas, llega la primera
película del ex – periodista y guionista de series televisivas David J.
Burke, quien llevaba más de veinte años escribiendo sobre políticos,
policías y corrupción, hasta que dio con un guión lo suficientemente
atractivo como para ser el esqueleto de una película de acción. – El guión,
casi siempre prosaico, taxativo y en exceso lacónico, es uno de los varios
puntos débiles con los que cuenta la película- .
Edison, título original de la cinta, – de nuevo hay que “felicitar” al
abnegado traductor- es una película típica de acción, con unos personajes
caricaturizados hasta el paroxismo; unas totalmente innecesarias escenas de
acción – por lo extremas y poco ajustadas al conjunto del guión-, unas
actuaciones más que olvidables y en general una amalgama de secuencias
bastante mal empastadas.
Una historia – de entrada interesante- manejada desde un estilo populista
que la ha transformado en un clon de tantas otras, que poco aporta al
panorama cinematográfico actual.
Mención a parte merecen las – en muchas ocasiones- patéticas
interpretaciones de aquellos a quienes se les suponen tablas necesarias como
para salir airosos de infantiles guiones.
Comencemos por Dylan McDermott un
policía del ” universo Disney” – malo, malísimo- que parece una poco
creíble parodia de la antítesis del policía americano. Morgan Freeman en su
papel de viejo consejero no esta en absoluto creíble, al igual que su
compañero de fatigas Kevin Spacey, tan alejado de la acción, que parece no
formar parte de ella. Pero, sin lugar a dudas – y obviando por completo la
“actuación” de Justin Timberlake, mucho más adecuado con los simplones pasos
de baile de su grupo musical para adolescentes histéricas- , la peor
interpretación de la película es para Ll Cool J, Victor Mature del Siglo
XXI, a quien parece que le han secado el gesto con laca y su único trabajo
es el de mantenerlo durante 92 minutos.
Demasiado efectismo pretendido para los resultados reales que provoca esta
película insustancial en el espectador. La primera incursión en el cine de
Burke no llega, ni de lejos, al aprobado.
Cristina Gómez
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