COPYING BEETHOVEN (2006)
Dirección: Agnieszka Holland.
Intérpretes: Ed Harris, Diane Kruger, Matthew Goode, Phyllida Law.
Viena, 1824. La frenética actividad de Ludwig van Beethoven (Ed Harris) en
la creación de su sinfonía número nueve, le lleva a solicitar la ayuda de un
copista que le transcriba al pentagrama sus ideas.
La persona recomendada será una mujer, Anna Holtz (Diane Kruger), que en un
principio será infravalorada por el Maestro, pero que, más tarde, le
resultará imprescindible.
Al igual que sucede cronológicamente con “Mi nombre es Bach” (2003),
“Copying Beethoven” se aproxima a la figura del genial compositor alemán en
los últimos años de su existencia, que coinciden con la monumental creación
sonora que supuso la Novena.
La siempre interesante directora polaca, Agnieszka Holland, apoyada en el
guión por los propios productores, Christopher Wilkinson y Stephen Rivele,
construye una convincente recreación de la etapa final del atormentado y
solitario músico (“La soledad es mi religión”).
Diane Kruger, la cancerbera que nos abre la puerta del universo
beethoveniano, hace un trabajo correcto, pero resulta una chica demasiado
guapa para confrontarla con el sordo germano, interpretado de forma matizada
por un Ed Harris que sublima perfectamente el fácil histrionismo que inspira
la figura del artista.
Dos grandes momentos registra la película: un diálogo entre Anna y
Beethoven, en el que éste le expone lo que tiene de mística la creación
musical (“La música es la voz de Dios”).
Y, cómo no, la cuidada puesta en escena del estreno de la Novena, el 7 de
mayo de 1824, en el Kärtnertortheater de Viena,-bajo la dirección del propio
Ludwig van Beethoven.
Si bien es cierta la anécdota de que una componente del coro se acercó al
Maestro para indicarle que recibiera las ovaciones que no oía, no es acorde
con la realidad el hecho de que la obra la dirigiera auxiliado por alguien,
ya que es conocido que el público interrumpía con constantes aplausos al
final de cada movimiento y Beethoven, sin percatarse de ello, urgía a los
músicos para que continuaran tocando.
Alberto Alcázar
Enlaces