Dirección: Eduardo Manzanos.
Intérpretes: Jesús Tordesillas, Marisa de Leza, José Bódalo, José Luis Ozores.
Con guión de Eduardo Manzanos (“El Rey De África”), José García Nieto (“Buenos Días”) y Manuel Pilares (“Labios Rojos”).
Sinopsis
Don Javier Martínez (Jesús Tordesillas) es el jefe de una
estación de tren de un pequeño pueblo que vive con su sobrina Pilar (Marisa de Leza). En su trabajo le acompaña Joselón (José Luis Ozores).
Todo el pueblo, en la noche, se dedica a pasear por el andén en espera de que pase el tren Talgo.
El que no aparece últimamente es Manuel (José Bódalo), preocupado por perder su trabajo de carretero cuando termine de hacerse el nuevo ferrocarril y sea éste el medio para transportar la madera que se corta en la zona.
Manuel, enamorado de Pilar, intenta una acción conjunta de los carreteros para impedir el fin de sus trabajos.
Crítica
Aunque fechada en muchos sitios en 1957, esta corta película (poco más de una hora) de Eduardo Manzanos es del año 1952, como así lo indica el propio film.
Tras un comienzo con presentación a cámara de los intérpretes protagonistas, la historia mezcla el drama social con el triángulo amoroso y el costumbrismo, teniendo como centro al añoso jefe de estación, Jesús Tordesillas en el papel de Don Javier, personaje todo bonhomía y eje de la carga emocional del conjunto de un pequeño pueblo maderero. No falta el cura en asociación buenista con el protagonista (Miguel Pastor) ni el gracioso en contrapunto (José Luis Ozores).
Uno de los temas del film es el progreso, que todo el mundo tiene derecho a disfrutar y no ver pasar de largo; y el compromiso justo para la paz social.
De buenas intenciones, la película no tiene demasiado desarrollo ni profundidad. Poco se sabe de los personajes y sus conflictos se resuelven de forma previsible.
Lo mejor es su clímax de “invasión” de tren, con incluso algún toque de absurdo.
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