Dirección: Joseph Losey.
Intérpretes: Julie Christie, Alan Bates, Dominic Guard, Edward Fox.
Con guión de Harold Pinter (“La Mujer Del Teniente Francés”).
Sinopsis
Norfolk, Inglaterra, año 1900.
Un niño llamado Leo Colston (Dominic Guard) se encuentra de vacaciones de verano en una mansión en la campiña inglesa junto a su amigo Marcus Maudsley (Richard Gibson).
Allí se enamora de la hermana mayor de Marcus, Marian (Julie Christie), quien utiliza a Leo como mensajero para comunicarse con su amante, un granjero cercano a la casa llamado Ted Burgess (Alan Bates).
Crítica
El escritor Harold Pinter adaptó para Joseph Losey una novela escrita por L. B. Hartley.
La adaptación fue premiada en el Festival de Cannes.
El tratamiento estético a la campiña y sus pobladores en este sobrevalorado drama de época es exquisito, al estilo de James Ivory, pero la historia de amor prohibido y diferencia social, con uso de flash-forward, no termina de entusiasmar.
El niño Leo (interpretado por Dominic Guard), en un típico relato de iniciación con primer amor (platónico), singularizado por convertirse en un “triángulo amoroso”, es el eje de un film que retrata un escenario en el que conviven en armonía aristócratas y gente de labranza, con partido de cricket incluido y momentos para el canto en común.
La música de piano de Michel Legrand ayuda a intensificar algún momento en el ir y venir del muchacho, pero la fría rutina y superficialidad de sus personajes y conflictos, a la par que el esquematismo y la falta en la trama de complejidad, de lirismo, de empatía, de ensueño, de sentido nostálgico… daña el interés del conjunto, en especial la emoción que se busca en su conclusión.
La película es conocida también como:
“El Mensajero Del Amor”
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