Dirección: Marc Forster.
Intérpretes: Tom Hanks, Mariana Treviño, Manuel García-Rulfo, Rachel Keller.
Con guión de David Maguee (“Descubriendo Nunca Jamás”).
Sinopsis
El malhumorado Otto Anderson (Tom Hanks/Truman Hanks) reside en una urbanización de Pittsburgh, Pensilvania,
Se pasa el día reprochando continuamente el comportamiento de sus vecinos.
Tras la muerte de su mujer, Sonya (Rachel Keller), y su jubilación forzosa, Otto piensa en suicidarse.
Cuando lo está intentando, nuevos vecinos llegan a la urbanización: Marisol (Mariana Treviño), su marido Tommy (Manuel García-Rulfo) y sus dos hijas, una familia que cambiará su vida.
Crítica
“El Peor Vecino Del Mundo”, película basada en una novela de Fredrik Backman, es un retrato agridulce que se desarrolla casi en su totalidad en una pequeña calle de una urbanización de Pittsburgh.
No hay una gran historia.
Todo gira en torno a uno de sus vecinos, Otto Anderson, interpretado por Tom Hanks, cascarrabias malhumorado cansado de vivir que quiere tener todo bajo control en la urbanización.
Desde que falleció su esposa hace unos meses no levanta cabeza y solo quiere acabar con su vida.
A través de flashbacks vamos conociendo como fue su vida, especialmente los momentos compartidos con la que fue su mujer, Sonya (Rachel Keller).
Es el retrato de una buena persona al que la vida ha ido convirtiendo en alguien con un carácter complicado y que parece empeñado en aislarse de todos y que nadie le soporte.
Justo cuando Otto está tocando fondo (perdió a su mujer y acaba de jubilarse de forma forzosa) irrumpe en la calle una nueva y ruidosa familia liderada por Marisol (interpretada por la mexicana Mariana Treviño).
El mal humor de Otto/Hanks choca con la vitalidad que transmiten sus nuevos vecinos, en especial Marisol, madre de dos niñas y embarazada.
Tom Hanks está bastante correcto en su papel y entre él y Mariana Treviño hay buena química.
En cuanto a los secundarios algunos resultan un tanto forzados, especialmente algunos personajes que deambulan por el vecindario que son puramente cómicos y utilizados para lograr efecto emocional en su clímax solidario.
La trama, de buenos sentimientos y muy predecible en su proceso de redención, aborda problemas cotidianos, como el mal uso de las redes sociales, la homofobia, las relaciones entre vecinos en pequeñas comunidades, los intereses inmobiliarios…
Se enlazan momentos dramáticos y de comedia, aunque el tono global de la película es triste, con situaciones creadas (y calculadas) para ablandar el corazón del espectador.
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