• Por AlohaCriticón

el perro mongol posterDirección: Byambasurem Davaa.
Intérpretes: Babbayar Batchuluun, Natsal Batchuluun, Nansalmaa Batchuluun, Buyandulam Daramdai.


En la cordillera Khangai, en plena estepa mongola, se encuentra enclavado un pequeño campamento en donde habita, durante el verano, la familia Batchuluun, compuesta de cinco miembros: el matrimonio y sus tres hijos de corta edad.
La hija mayor, Nansal, acaba de regresar de la escuela en la ciudad y se prepara para colaborar en las pequeñas tareas domésticas y en las más complejas, como es el cuidado del ganado. Fruto de estas últimas labores, encontrará a un joven perro del que se encariñará en exceso.

Después de darse a conocer con “La Historia Del Camello Que Llora” (2003), la cineasta mongola, Byambasuren Davaa, rodó “El Perro Mongol”, un proyecto de fin de carrera tras cursar sus estudios en la Escuela de Cine de Múnich. El guión, ideado por la propia Davaa, desarrolla las jornadas ganaderas vividas por la familia Batchuluun desde la llegada de la primogénita Nansal, hasta su traslado, coincidiendo con el final del estío, a la ciudad (quizá a la cercana Tsetserling, más que a la capital Ulan Bator).
Durante ese período, Davaa profundizará en las evoluciones de la pizpireta Nansal, su fortuito encuentro con el fiel can, Nohor, y su defensa a ultranza de éste frente a la postura del padre, más proclive a deshacerse de una carga adicional para el grupo.




el perro mongol“El Perro Mongol” es cine para ver en el cine y, además, una buena oportunidad para ampliar el saber: conocer las costumbres diarias en una yurta (tienda de campaña de fieltro), sentir la preocupación y el miedo a los temibles lobos que pululan por aquellas tierras, adentrarse en los ritos y creencias del lamaísmo budista y ratificar la dureza de estos compatriotas de Dersu Uzala.

Si al incremento del acervo cultural, añadimos unas intervenciones infantiles impagables y la transmisión, a través de sus admirables imágenes, de sensaciones de paz provocadas por valores tan fundamentales como la naturaleza y la familia, la solución final pasa por parecerse a un cántico a la libertad espiritual, sólo roto en el epílogo por ese altavoz que anuncia el derecho al voto y que provoca una situación ridícula por el destrozo idílico del ambiente.

Alberto Alcázar

Puntuación

AlohaCriticón:
Usuarios:
[Total:5    Promedio:3.5/5]

Tú también puedes votar. Desliza el ratón por las estrellas verdes para dejar tu puntuación

Te puede interesar