• Por AlohaCriticón

EL SECRETO DE SANTA VITTORIA (1969)

Dirección: Stanley Kramer.

Intérpretes: Anthony Quinn, Anna Magnani, Virna Lisi, Giancarlo Giannini.

Tras la caída de Mussolini, en un pequeño pueblo italiano es elegido gobernador Bombolino (Anthony Quinn), dueño de una taberna y hombre dado al alcohol.

Las complicaciones llegan cuando el pueblo se entera que los alemanes planean invadirlo y requisar todo su vino, forma de sustento del lugar.

Subestimada película dirigida por el siempre profesional y funcional director Stanley Kramer. Con un sentido del humor que evoca el del cine italiano de los años 60, el director narra con oficio los avatares de un pequeño pueblo italiano (usándose un paraje italiano como lugar de rodaje) tras la caída de Mussolini.

Se sirve para ello del uso preciosista y evocador de paisajes, un vestuario tan realista como apropiado, una excelente labor de fotografía del italiano Rotunno y un control del pulso narrativo más que elogiable.

El humor omnipresente no evita ni condiciona en alguna manera la potencia dramática y la emotividad de su desenlace, donde el espíritu comunitario se enfrenta al despotismo y la tiranía de los ocupantes.

La película, se erige así como una pequeña reflexión, plagada de humor y sin los vanos aires de trascendencia de que alardean tantos films, sobre lo que representa la ocupación de un país y finalmente, un canto a la resistencia y a la unidad colectiva.

En el centro de todo, y como pilar fundamental de la película, es reseñable la presencia de un Anthony Quinn pletórico, que interpreta de manera memorable al entrañable y borracho alcalde del pueblo, Bombolini. Está perfecto en su necesario histrionismo, dando cuerpo y voz a un individuo campechano, de sangre inconfundiblemente mediterránea, pillo, gañán y amante del vino. También es destacable la presencia de la gran Ana Magnani (con rostro malhumorado y hondas ojeras) y de un joven Giancarlo Giannini.

La película se desenvuelve, en su mayor parte, entre escenas costumbristas extraordinariamente logradas, representando las relaciones entre los personajes dentro de una trama, al principio más indefinida pero que poco a poco va cobrando relevancia y solidez, centrándose en el acorralamiento y debate moral al que se ven sometidos los habitantes del pueblo, con Bombolini a la cabeza, por los alemanes, capitaneados por un hombre tan refinado como mezquino (correcto Hardy Kruger).

El desenlace está cargado de una tensión muy bien dosificada, quedando el sentido del humor en segundo plano y centrándose en los comprometidos eventos que ha de vivir el pueblo.

Bajo la línea principal de acontecimientos, se hallan una serie de subtramas resueltas con solvencia, como son las historias de amor entre el campesino y la hija del antiguo patrón (con enriquecedoras connotaciones sociales) y el romance entre la hija de Bombolini y un progresista estudiante universitario, siendo más intrascendente esta última.

“El secreto de Santa Vittoria” es una película redonda. Divertida y emotiva, ingeniosa y enérgica, que mezcla de manera sobresaliente el sentido del humor con el suspense con unos Anthony Quinn y Ana Magnani magistrales.

Ignacio Rico

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Anthony Quinn

Virna Lisi

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