• Por AlohaCriticón

EL SÉPTIMO CIELO (1927)

Dirección: Frank Borzage.

Intérpretes: Janet Gaynor, Charles Farrell, Ben Bard, Albert Gran.

Bajo una calle parisina, popularmente conocida como “El agujero del

calcetín”, en las alcantarillas, trabaja Chico (Charles Farell) rescatando

todo aquello que cae de la superficie.

Una tarde, cuando se dispone a engullir el alimento, tendrá que mediar en

la pelea de dos hermanas, la iracunda Nana (Gladys Brockwell) y Diane

(Janet Gaynor), la pequeña.

El encuentro casual de Diane y Chico, junto con el destino, harán que

ambos vayan salvando los obstáculos que se les cruzan en su camino.

“Para aquéllos que la suban, hay una escalera que lleva desde las

profundidades a las alturas, desde las alcantarillas a las estrellas, la

escalera del coraje.”

Tal es el esperanzador y positivo prólogo de este grandísimo clásico.

El año en el que “el tío Óscar” hacía su presentación en sociedad, tres

estatuillas del forzudo con espadón, más cinco tentativas en otros

apartados, iban a parar a esta película.

Concretamente los trofeos recaerían en el mejor director de drama (Frank

Borzage), el mejor guión adaptado (Benjamin Glazer) y la mejor actriz en la

persona de Janet Gaynor. Ahí es nada.

Así pues “nacía una estrella”, la Gaynor, la misma mujercita que dejó su

huella en otra obra imperecedera del mismo año, “Amanecer”, y que

volvería a repetir un año más tarde en “El ángel de la calle”, con el mismo

director y galán de la cinta que aquí se comenta.

Por otro lado, Borzage, pionero junto a John M. Stahl del melodrama

cinematográfico, del que se impregnaría posteriormente Douglas Sirk, nos

adentra en una sublime historia de amor ubicada en los arrabales de París

en los prolegómenos de la primera gran guerra.

El realizador estadounidense volvería más tarde con un argumento

parecido al tratado de forma magistral en esta producción de la Fox,

adaptando al sonoro la famosa novela de Ernest Hemingway, “Adiós a las

armas” (1932).

Un posterior remake de “El séptimo cielo”, dirigido por Henry King diez años

más tarde y protagonizado por Simone Simon y James Stewart, no

mejoraría el original.

Es una lástima que el cine mudo haya quedado relegado a las estanterías

de los buenos aficionados, o a los archivos de las filmotecas públicas.

Un consejo: despréndase de toda pereza, póngase cómodo y disfrute

dejándose llevar por “El séptimo cielo.”

Alberto Alcázar

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Janet Gaynor