EL TROMPETISTA (1950)
Dirección: Michael Curtiz.
Intérpretes: Kirk Douglas, Lauren Bacall, Doris Day, Hoagy Carmichael.
El origen del idilio entre Rick Martin (Kirk Douglas) y la trompeta hay que
encontrarlo en su más tierna infancia, cuando se ha quedado huérfano y
su hermana se hace cargo de él.
Con el paso del tiempo, Martin recalará en famosas orquestas
acompañando a la vocalista Jo Jordan (Doris Day) amiga, a su vez, de la
conflictiva Amy North (Lauren Bacall), quien vivirá un tormentoso romance
con Martin.
Uno de los músicos con más carisma en el ámbito cinematográfico de
mediados del siglo veinte, Hoagy Carmichael, nos narra, a través de su
papel de William “Smoke” Willoughby, la carrera artística de Rick Martin.
Martin (aunque en realidad se trataba de plasmar la vida de Bix
Beiderbecke) es un trompetista que siente auténtica devoción por el
instrumento de metal y que, por ello, se pasó toda su existencia “soplando”
(en algunos momentos de la misma, el empleo de la acepción más castiza
del término no estaría de más).
Michael Curtiz, gran aficionado al cine de temática musical, como
demuestra el biopic que había rodado unos años antes a mayor gloria de
Cole Porter, “Noche y día” (1946), retoma en esta ocasión la vida de un
músico vocacional a partir de la adaptación de una novela de Dorothy
Baker.
El trabajo de adaptar el texto a la pantalla recayó en dos importantes
guionistas: Carl Foreman, autor de “Sólo ante el peligro” (1952) y Edmund
H. North, que escribió el texto de “Juntos hasta la muerte” (1949) en
colaboración con John Twist.
Kirk Douglas, “recomendado” en sus inicios por la propia Bacall y que venía
de interpretar “El ídolo de barro” de Mark Robson, encarnó, con la
vehemencia que le caracteriza, al instrumentista que acompaña las
actuaciones de una Doris Day flamante en lo suyo: la canción melódica.
“El trompetista (Young man with a horn)”, sin ser una obra sobresaliente, tiene momentos
ciertamente brillantes en sus secuencias musicales y en la fotografía de
Ted McCord, especialmente cuando recoge al músico deambulando por la
ciudad.
Por cierto, un Douglas que se asemeja en mucho al personaje que
interpretaría más tarde Richard Burton en “Mirando hacia atrás con ira”
(1958) de Tony Richardson.
Alberto Alcázar
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