• Por Antonio Méndez

el ultimo rey de escocia movie poster cartel pelicula the last king of scotland

Dirección: Kevin MacDonald.
Intérpretes: Forest Whitaker, James McAvoy, Kerry Washington, Gillian Anderson.

Película basada en una novela de Giles Foden. Con guión de Jeremy Brock (“La Legión Del Águila”, “Charlotte Gray”) y Peter Morgan (“Más Allá De La Vida”, “The Queen (La Reina)”).

Sinopsis

Comienzos de los años 70. Nicholas Garrigan (James McAvoy) es un médico escocés que viaja a Uganda para intentar ayudar al país con sus conocimientos médicos. En su destino conoce a Idi Amin (Forest Whitaker), quien le adopta como si fuese su propio hijo. Pronto chocará con los crueles métodos del dictador.

Crítica

Kevin MacDonald, adaptando una novela de Giles Foden, se retrotrae a la Uganda de comienzos los años 70 para situarnos en la época de la subida al poder de Idi Amin desde la perspectiva de un joven médico escocés.

ultimo-rey-escocia-criticaCon el primer objetivo de desarrollar sus actividades sanitarias en el empobrecido país africano, el muchacho recién licenciado se convierte en la mano derecha de Amin tras caer en las redes de sus primeros discursos populistas. Con el paso del tiempo termina enfrentándose contra los procederes tiránicos del dictador.

El pasado documentalista de MacDonald es apreciable en la búsqueda de estética realista para este film bastante supefluo en todos sus niveles.

Intenta, de cara a la galería, elevarse de esta mirada trivial a Idi Amin y su compinche escocés con montajes atropellados, variantes rápidas en las perspectivas, zooms mareantes, encuadres azarosos, trémulas cámaras que no hace más que distraer y molestar…

Todo ello resulta más que gratuito, ya que podría contarse (si hubiese algo de chicha que contar) de otra manera, más directa, con menos florituras que desvíen la atención y también con mucho mayor sentido realista.

La película nos acerca de forma frívola a Uganda y a su jerifalte desde el punto de vista de un joven médico de Escocia, cuya naturalidad es casi siempre mostrada en conflicto con los ingleses como si tal confrontación fuese algo favorable o chistoso.

El muchacho, que aprovecha cualquier situación para echar un canivete (entre sus objetivos se encuentra una nativa en el autobús, una rubia Gillian Anderson en un personaje nimio, y una de las esposas de Amin interpretada por Kerry Washington) y muestra habitualmente un rostro con sonrisa timorata, intima con Idi Amin y se convierte en su asesor y médico personal, alcanzando un poder creciente a través de una relación que nos permite conocer de forma muy básica a un político atrapado por la paranoia y la megalomanía.

Tal político-militar está encarnado por Forest Whitaker, quien despliega su arsenal interpretativo más histriónico, convirtiendo con sus gratas apariciones al déspota y asesino real en un personaje, gustoso de “Garganta Profunda”, mucho más simpático que el propio doctor, un tipo bastante indigesto.

Sus discursos, sus conversaciones y sus gestos (siempre dentro de un simplismo intrascendente) parecen exhibir mucha mayor sinceridad y honestidad aparente que los modos (más hedonistas que idealistas) del joven médico, a quien los hacedores del film desean introducir en un contexto físico y mental de progresiva pesadilla que no termina de funcionar en plenitud ni en su aspecto dramático ni en la intriga política.

Todo parece forzado, precipitado en las relaciones y con escasa tensión. Alguna asoma en el clímax final, en donde la película copia los métodos de “Un Hombre Llamado Caballo”.

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Forest Whitaker
James McAvoy
Kerry Washington
Gillian Anderson


Impactante thriller político que conjuga hábilmente la ficción y la realidad acerca del dictador Idi Amin, con crudeza esta cinta logra destacar lo que muchos sabemos conforme a algunos lugares en África, pero que sencillamente decidimos ignorar u olvidar.

Bajo la óptica del médico jovenzuelo Nicholas Garrigan, se puede apreciar la dictadura de un hombre que asesinaba a sangre fría.

La película puede que no logra alzarse más allá de la imagen tan oportunamente vendida acerca del continente Africano, sobre los golpes de estado, sus gobernantes y las constantes riñas por el poder absoluto, un punto que el séptimo arte se encarga de recordarnos sutil o contundentemente; el caso de la cinta es una contundente óptica, un poco mermada o diezmada, esto según la lente por la cual se observe.

Nuestra lente ha de ser el doctor recién ingresado de la universidad, con una mirada poco interesante conforme a sus ansias de tocar mundo, sin embargo me parece poco fidedigno la inocencia o lejos de esto, la ignorancia y arrogancia que se le otorga al personaje, pues aún antes de tener conocimiento de la sinopsis podemos predecir cual será el destino y el rol del joven en la historia, sin embargo al parecer él no lo sabe, él no sabe la sarta de problemas en los que se involucra, sin mucho intelecto el protagonista se va complicando la existencia hasta crear una tensión sobresaliente en el espectador.

El problema primordial es que la cinta carga con demasiados estereotipos conforme a este tipo de tramas, sus trazos tanto trillados como tópicos no logran del todo impresionar al espectador, no obstante para enmendar esta deficiencia le han dado un toque crudo y perturbador a la cinta, por lo cual sobresale escalofriantemente.

Idi Amin fue el precursor de una de las peores dictaduras del siglo XX, bajo su nombre se encuentran variados mitos y hechos reales de tortura y dolor, su historia como gobernante de Uganda es tan impresionante como tétrica; de igual manera el filme lo es, pero no logra cubrir todo lo que demandaba esta personalidad hablando políticamente, ya que la cinta se sustenta más en la convivencia y las experiencias que se llevan acabo entre Idi Amin y su doctor (que a momentos consejero, representante político, asistente, etc.) sin involucrados realmente en una óptica netamente política, nos deslizamos en el tratado de personajes, donde el drama sobrepasa al suspense en más de una ocasión.

Por razones propias, el filme no presupone ser una obra didáctica que muestre de principio a fin y de manera fidedigna el reinado de este cruel dictador, sin embargo para tratarse de un buen thriller político, quizá sea necesario enredar más las cosas, darle diversos toques de intriga política y sabotaje que le hacen falta a la cinta, aunque esto no significa que la producción crezca de un tempo eficaz, por el contrario nos encontramos ante una cinta ágil y un montaje acertado; de igual manera la ambientación es sublime y la fotografía un arrebato de emociones.

Las interpretaciones son destacadas, se cuenta con un reparto capaz de intrigar al espectador, sobre todo Forest Whitaker que se come la película con su abominable personaje y su estupenda participación, mientras que James McAvoy en el papel del doctor poco interesado en la comunidad y más en su propio porvenir, sazona la producción al igual que Kerry Washington.

En fin, no es una cinta para todos los gustos, esto como resultado del tema que aborda y sobre todo, la manera en que lo aborda.

Lucio Rogelio Avila Moreno

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Forest Whitaker
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