Dirección: Sarah Polley.
Intérpretes: Rooney Mara, Claire Foy, Jessie Buckley, Ben Whishaw.
Con guión de Sarah Polley (“Lejos De Ella”).
Sinopsis
Año 2010.
Mujeres de una comunidad religiosa menonita se reúnen en un pajar para llegar a un acuerdo tras ser atacadas y violadas por hombres que han sido arrestados y enviados a prisión.
En el plazo de dos días regresarán los hombres tras intentar pagar la fianza.
Esas mujeres, entre ellas Ona (Rooney Mara), embarazada tras una violación, Salomé (Claire Foy), Mariche (Jessie Buckley o las mayores del grupo, Greta (Sheila McCarthy) y Ágata (Judith Ivey), votan con tres opciones: quedarse en la comunidad, perdonar y no hacer nada, quedarse y luchar, o irse de la comunidad.
El maestro del colegio, August (Ben Wishaw), que está enamorado de Ona, escribe el acta de la reunión.
Crítica
Drama coral sobre el papel de la mujer en una comunidad ultrarreligiosa.
Se basa en hechos reales ocurridos en Bolivia que fueron trasladados a novela por Miriam Towes.
Las interpretaciones son el punto más destacado d ela película: Jessie Buckley, Rooney Mara, Claire Foy, Frances McDormand (en un pequeño papel)… y Ben Whishaw, el único hombre del reparto interpretando a una persona dulce, sensible, un joven profesor que levanta el acta de las reuniones asamblearias del grupo de mujeres.
La fotografía emplea tonos apagados, oscuros, alternándose escenas en espacios abiertos con otros en un granero.
La estética es sobria, austera, todo ello en armonía con los sentimientos de las protagonistas destrozadas por los abusos.
El escenario y el tono ensalza la colectividad y el esfuerzo por salir adelante.
La estructura es muy teatral.
Sarah Polley nos cuenta la violencia que sufrieron las mujeres de esa comunidad y su reacción ante ella.
El problema es que este tipo de películas requiere un guión y unos diálogos más complejos.
La historia se inicia bien pero se vuelve muy repetitiva, de escasa profundidad, perdiendo fuerza y con dosis de sermón.
Los diálogos hacen de espejo de cada uno de los personajes.
Debaten entre varias opciones ante la violencia: aguantar, reaccionar con violencia o huir a un nuevo mundo.
Siempre con el condicionamiento de la religión como hilo conductor en esos diálogos.
Se crean parábolas que parecen decir algo más pero se quedan en anécdotas o en redundancias de lo ya expresado.
Hay pinceladas sobre actitudes marcadas por la bondad, el perdón…
El fondo del film es un discurso feminista, sin riesgos, aceptado, dominante.
Otra flaqueza de la trama es que el planteamiento de la opción del “nuevo mundo” resulta poco verosímil en boca de personajes condicionados por la religión, que desconocen el mundo más allá de su comunidad, que, por desgracia, no saben leer ni escribir.
Sorprende que para ellos no parezca tan difícil liberarse de la rígida estructura social en la que viven, con poca exploración en la lucha… todo se queda en lo discursivo dentro de un guión demasiado monotemático.
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