• Por AlohaCriticón

Dirección: Gabriele Muccino.
Intérpretes: Will Smith, Jaden Christopher Syre Smith, Thandie Newton, Brian Howe.


Chris Gardner (Will Smith) tiene que hacerse cargo en solitario de su hijo de cinco años, Cristopher (Jaden Christopher Syre Smith), después de que su mujer les haya abandonado. Sin trabajo y ahogado en deudas económicas que le llevan a vivir en centros de acogida y en estaciones de autobús, Chris comenzará a trabajar sin remuneración en una correduría de bolsa con la esperanza de mejorar su posición vital.

en-busca-de-la-felicidad“En busca de la felicidad” es una cinta emotiva que sobrepasa los índices del drama para sobrecogerse repetida y oportunamente en el melodrama, sin embargo a cada instancia pertinente nos remarca que esto es un relato de la vida real, ¿qué presupone, que la vida es un melodrama?

Si bien toda la película carga con un desarrollo fugaz, el tempo se postula acertadamente ante la pupila del espectador, que de un momento a otro tiene la conexión tan buscada en este tipo de producciones; el sufrir, reír, frustrarnos, inclusive para algunos llorar y por supuesto alegrarnos en conjunción del personaje, es todo un logro que lleva a cabo la historia de un hombre que se dispuso a luchar por algo que quizá técnicamente hablando es la felicidad, sin embargo el punto principal es su hijo.

Me agrada el guión de la cinta, puesto que decide hábilmente alejarse de todas esas dificultades filosóficas, convencionales y existenciales de la búsqueda de una complacencia y el encuentro con la felicidad, no se entromete de ninguna instancia en aquello de la definición o el dictamen deliberado por la voz en off tan frecuentemente usada para dar ápice a los grandes diálogos y líricas reflexiones, pues muy lejos de ello, la voz en off es utilizada como guía humorística, personal y completamente normal de los acontecimientos por los cuales transitó el protagonista, un acertado uso de la técnica.

Sin embargo a pesar de su humor frecuente, los aires optimistas y las situaciones estresantes y de un momento a otro tanto pesimistas como dramáticas que remueven con un acertado movimiento los sentimientos del espectador, a pesar de sus virtudes, algunas cosas dejan el sabor a déjà vu, la tan usada superación personal y los toques afectivos que es conmovedor y apasionante verlos. Sin embargo después de pasar algunas horas lejos de aquella órbita emotiva todo vuelve a la normalidad sin mucho ímpetu, pues me atrevo a decir que en la historia sucede lo mismo de siempre, pero aquí se cuenta con mayor apreciación, delicadeza y una pizca de humor, lo que se celebra es la óptica fresca, el ángulo elegido por el guionista (Steven Conrad) es bueno y las actuaciones creíbles, pues por la obviedad de la situación entre Will Smith y su hijo Jaden existe una química familiar que lo hace todo, hasta cierto punto, más fácil de creer.


La película, de corta duración (poco menos de dos horas), se desenvuelve sin problema para culminar con su previsible final, que después de todo peca de una obviedad extrema, además de ser un producto de aquellos cuya finalidad es transmitir un mensaje íntimo, de las vivencias personales que se pueden hacer plurales, una falla que no pueden enmendar estas producciones con significado personal.
Aún así con sus errores y tropiezos consiste en un filme amable, entrañable, optimista, culminando con la evidencia de que la vida de un momento a otro puede convertirse en un melodrama enmendable.

Lucio Rogelio Avila Moreno

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