EN EL NOMBRE DEL PADRE (1993)
Director: Jim Sheridan.
Intérpretes: Daniel Day-Lewis, Emma Thompson, Pete Postlethwaite, John Lynch.
1974. Tras un atentado del IRA en Londres, cuatro jovenes hippies son cogidos como cabezas de turco tan solo por su condición de norirlandeses, no resistirán el interrogatorio y terminaran confesando lo que no han hecho. La lucha por aclarar la verdad durará muchos años.
Basándose en la historia real de los llamados ” cuatro de Guildford”, el realizador irlandés Jim Sheridan compone una trama emocionante sin caer en lo lacrimógeno tan habitual, por otra parte, en las películas de injusticias judiciales.
El guión del propio Sheridan y de su colaborador habitual Terry George se basa en la figura del supuesto cabecilla de la banda Gerry Conlon desde sus comienzos como ratero habitual y “ocupa” hasta convertirse en todo un símbolo de la lucha contra el sistema.
La película no es partidista en absoluto como algunos quisieron ver cuando fue estrenada en 1993, se limita expone con crudeza la situación de conflicto permanente en la que se encuentra Irlanda del norte desde hace decenas de años, pero ya se sabe que cada ve lo que quiere ver. No es un film carcelario pero tiene algunas de las mejores escenas de este género en los últimos años como en la que el jefe de los guardias es atacado durante la proyección de” El Padrino”.
La diferentes actitudes que el protagonista toma durante su encarcelamiento léanse, pasotismo, odio y compromiso con su propia causa; están marcadas con una narrativa audiovisual muy lograda sin el olvidar el aspecto de la banda sonora compuesta en su totalidad por canciones inolvidables de toda una época y que van marcando los tiempos de lo que Sheridan va relatando.
Pese a todo esto, la razón por la que la película alcanza el honor de ser una de las mejores de su década no es otra que sus prodigiosas actuaciones. El actor inglés Pete Postlethwaite realiza una preciosa composición del honrado y sufrido Giuseppe contrapunto perfecto de la rabia y rebeldía del joven Conlon. Emma Thompson igualmente perfila con precisión el papel de la abogada mas involucrada sentimentalmente en la causa de lo que debería.
Capítulo aparte para Daniel Day-Lewis, alma y motor de cada minuto de la película, no se puede expresar mejor esa sensación de impotencia y perdición total de la se reace para luchar por su vida, por limpiar su nombre y el de su padre.
Una de las más grandes actuaciones del, para mi, mejor actor vivo, hombre que se prodiga, por desgracia, demasiado poco debido a su extremo y casi enfermizo compromiso con los personajes que interpreta.
Me quedo con la lírica que destila esa escena en la que, mientras suena la fascinante voz de la cantante irlandesa Sinead O´Connor, los presos muestran su pesar por la muerte del viejo Giuseppe lanzando por la ventanas de sus celdas trozos de papel quemado y por supuesto con todos, absolutamente todos los diálogos entre padre e hijo, encarcelados juntos para toda la vida.
Alberto M. González
Dramatización de la infamia cometida a “los cuatro de Guildford” acusados
injustamente de plantar una bomba en un bar cercano a Londres, además de
declararlos falsamente como elite terrorista del ejercito republicano
irlandés.
Brillante cinta de Jim Sheridan, colaborando un vez mas con el galardonado
Daniel Day-Lewis, cuatro años después del también excelente drama “My Left
Foot” (1989). La pareja se reuniría por tercera vez unos años mas tarde en
“The Boxer” (1997).
Con un guión adaptado por Terry George y Jim Sheridan, basado en la novela
“Proved Inocent” escrita por el propio acusado Gerry Conlon, la cinta aborda
la conflictiva relación paterno filial entre este (Daniel Day-Lewis) y
Giussepe Conlon (Pete Postelthwaite) dos irlandeses, oriundos de la azotada
Belfast, en medio de la guerra entre el ejército Británico y el grupo
guerrillero IRA.
El dúo protagonista cumple a la perfección sus demandantes roles, al igual
que Emma Thompson, la abogada a cargo de la defensa de Conlon y sus
compañeros.
Tachada en su estreno como anti-británica, la cinta aborda de manera fiel el
conflicto de nacionalidades que aun perdura en dicho país, sin retratar
falsamente al séquito de personajes, sin tomar del pelo al espectador y
convencerle de la benevolencia de sus caracteres centrales, esta cinta es
ante todo un documento del terrible error cometido por la justicia
británica, quienes al clamar por la sangre de los culpables dejaron a un
lado una búsqueda objetiva y racional de criminales, para tomar injustamente
las vidas de unos cuantos “parias” o a su parecer, de gente que nadie
extrañaría.
La obra maestra de su realizador, un clásico imprescindible de los noventa.Pierluigi Puccini
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