Dirección: Oldrich Lipsky.
Intérpretes: Vladimir Mensik, Jaroslava Obermaierova, Josef Abrhám, Bohus Zahorsky.
Con guión de Oldrich Lipsky (“Cuatro Asesinatos Bastan, Querida”) y Milos Macourek (“Los Visitantes De La Galaxia”).
Sinopsis
El carnicero Bedrich Frydrych (Vladimir Mensik) está muerto.
De repente, habla y cuenta los hechos que le llevaron a esa situación en una regresión de sus vivencias.
Bedrich mató a su mujer (Jaroslava Obermaierova), a la que descuartizó tras encontrarla con un amante (Josef Abrhám).
Crítica
Una de las varias e interesantes cintas checas experimentales que se rodaron en la parte final de los años 60, véase por ejemplo “Las Margaritas”(1966) de Vera Chytilova o “El Incinerador De Cadáveres” (1969) de Juraj Herz.
En este caso, Oldrich Lipsky crea una historia con un concepto bien curioso: narrarla hacia atrás partiendo de un descabezado (Vladimir Mensik) tras ser guillotinado por asesinar a su mujer.
El desarrollo, a pesar de esa singularidad narrativa, tiene lógica, incluso con los diálogos, jugando con el humor negro y el absurdo, incorporando elementos del cine mudo clásico, planos congelados, cámara rápida, cámara lenta…
La imagen y diálogos hacia atrás, la voz en off hacia “delante” pero con coherencia.
Asistimos a su muerte y “nacimiento”, a la recomposición de su mujer, a los cuernos, a la boda, al encuentro y desencuentro con sus suegros…
Resulta un artificio vanguardista narrativo, pero también una inversión llena de ingenio.