Dirección: David Bruckner.
Intérpretes: Odessa A’Zion, Goran Visnjic, Drew Starkey, Jamie Clayton.

Con guión de Ben Collins (“Stephanie”) y Luke Piotrowsky (“La Casa Oscura”).

Sinopsis

En una localidad de Massachussets, una joven llamada Riley McKendry (Odessa A’Zion), que está intentando superar un problema con el alcohol y drogas, vive con su hermano Matt (Brando Flynn), el novio de este último, Colin (Adam Faison) y una amiga llamada Nora (Aoife Hinds).
Junto a su novio Trevor (Drew Starkey), Nora entra en un almacén abandonado en el que descubren una caja de rompecabezas mecánica que termina provocando la aparición de los cenobitas, seres que buscan sacrificios para la consecución de placer.
La caja causa la desaparición de Matt y Riley inicia una búsqueda que le conduce a la mansión abandonada del siniestro millonario Roland Voight (Goran Visnjic).

Crítica




En el año 1987, Clive Barker estrenó “Hellraiser: Los Que Traen El Infierno”, una cinta de interés que creaba un enrarecido triángulo amoroso-familiar en un ambiente íntimo que terminaba ligando de forma original el terror corporal y sobrenatural con inspiración en estéticas y placeres sadomasoquistas.

La imaginería, en especial la de Pinhead, trascendió su fondo pulp gore y sádico.

Este remake es mucho más flojo que el título original.
La historia no tiene el enfoque del primer film.
Fallan sus personajes, demasiado planos para empatizar con sus peripecias, y la trama es aburrida, reiterándose mucho.

Incluso los efectos especiales no lucen como deberían en los tiempos que corren.