Dirección: Roy William Neill.
Intérpretes: Boris Karloff, Marian Marsh, Thurston Hall, Robert Allen.
Con guión de Arthur Strawn (“El Aparecido”) y Henry Myers (“El Padre Brown, Detective”).
Sinopsis
Siglo XIX.
En la casa del barón de la familia Berghman se produce un nacimiento. Son gemelos. La felicidad se torna congoja cuando el barón (Henry Kolker) advierte que esto puede ser el fin de su estirpe, ya que una profecía indica que todo terminará para ellos cuando el hermano más joven mate al mayor.
Los gemelos crecen. Uno de ellos, el déspota Gregor (Boris Karloff) es odiado por el pueblo por sus crímenes; mientras el otro, amable, de buen carácter, Anton (el mismo Karloff) reside fuera del lugar hasta que regresa y se reencuentra con Gregor. ¿Se cumplirá la profecía?
Crítica
Poco más de una hora es la extensión de esta interesante película con un creíble Boris Karloff (hay que verlo en original) en un doble papel de gemelos en contraste psicológico, en contraste de actitudes, con clave de Abel-Caín.
Junto a la interpretación de Karloff, lo más sobresaliente del film es el trabajo atmosférico que crea Roy William Neill (conocido por sus películas de Sherlock Holmes) junto al fotógrafo Allen G. Siegler y el el director artístico Stephen Goosoon en una puesta en escena gótica: cementerio, cuervos, castillo, pasadizos, velas, imaginería religiosa… con excelente trato estético-narrativo: picados, contrapicados, planos cenitales, uso de espejos, juegos de luces y sombras…
La historia, con aspectos de profecía, destino, villano psicópata, falso culpable, tiranía, interés romántico o falsa identidad, no sorprende en sus motivos y resoluciones, pero resulta entretenida y bien compactada.
Ficha en AlohaCriticón