JUNGLA DE CRISTAL. LA VENGANZA (1995)
Director: John McTiernan.
Intérpretes: Bruce Willis, Jeremy Irons, Samuel L. Jackson, Colleen Camp.
Divorciado, semialcoholizado y retirado del servicio, el agente de policía
John McClane (Bruce Willis), vuelve a la acción en las calles de Nueva York
para satisfacer los caprichos de un terrorista llamado Simon (Jeremy Irons),
que le pondrá en todo tipo de aprietos enigmáticos para que descubra las
bombas que ha ido colocando por la gran manzana. Para ello contará con la
ayuda de Zeus (Samuel L.Jackson), un tendero del barrio de Harlem que por
circunstancias se verá obligado a colaborar con Mclane aunque ello no le
guste demasiado. Lo que no saben es que los jueguecitos de Simon son tan
sólo una distracción para dar un golpe en las reservas de oro de la ciudad.
Tras la discreta segunda parte de la saga, dirigida por el desastroso Renny
Harlin, el especialista en cine de acción John McTiernan volvía a ponerse
detrás de las cámaras para cerrar la trilogía con una divertida y trepidante
cinta que hará las delicias de los amantes del cine de acción y los fans de
la sucia camiseta de tirantes del susodicho John McClane.
En este caso la película
se convierte en una buddy movie accidentada y por primera vez Bruce Willis
no es el protagonista absoluto de la función, apoyándose el guión en un
acertado personaje protagonizado por Samuel L.Jackson y un villano que,
desde luego, resulta más convincente y a la vez divertido que el coronel
Stuart de la segunda parte.
Sobran, no obstante, los tópicos y
convencionalismos del cine de acción norteamericano, Willis no interpreta a
nadie, aunque está igual de simpático que siempre es el y ningún personaje
el que está ahi, el guión tiene fallos tontos y recursos de justificación de
situaciones un tanto pueriles, pero al menos ahi están Jackson y Irons para
animarnos la cosa. En definitiva, no estamos ante ninguna joya y todos los
que trabajan en esta producción han hecho cosas mejores (y peores) que esta,
pero la saga más famosa del cine de acción de los últimos años necesitaba
una tercera parte a modo de crowd pleaser, y como tal el que se siente ante
ella pasará un rato divertido y adrenalínico que, en los tiempos que corren
para el género, no es moco de pavo.Carlos Morcillo
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