Dirección: Marcelo Piñeyro.
Intérpretes: Cecilia Roth, Ricardo Darín, Héctor Alterio, Tomás Fonzi.
Argentina, 1976.
Los militares se hacen con el poder e instauran una dictadura.
Esto conlleva una represión contra los contrarios al régimen totalitario, entre ellos los padres del pequeño Harry.
El director argentino Marcelo Piñeyro traza una historia de dificultades extremas desde los ojos de un niño; un niño que crece a través de los problemas que ve a su alrededor, un niño que no entiende como su vida se puede ver tan truncada por unos acontecimientos que cuesta entender, no sólo a él, sino a la parte buena del ser humano. Cuesta entender como otros pueden hacer que tu vida cambie drasticamente.
La historia sucede en 1976 a comienzos del golpe de estado que da Jorge Videla en Argentina y que supone el comienzo del calvario argentino hasta los días de hoy. La historia es la historia del éxodo, es la historia del fugitivo, es la historia del perseguido, es la historia de una vida bella truncada, pero también es la historia de “La Vida es Bella”, la gran película de Roberto Benigni, la historia de unos padres que tratan de que sus hijos no perciban la cruda realidad, o al menos la perciban suavizada.
Pero también Kamchatka es la historia de la resistencia, resistencia ante un padre, un padre (Héctor Alterio) que quizá no comprende como su hijo (Ricardo Darín) tiene esa actitud “demasiado” integra ante la dictadura. Kamchatka es un espacio real, es la peninsula más oriental de Rusia, lindando con Japón y Alaska, y también es un espacio imaginario, es el terreno de la resistencia, de la dignidad humana ante la barbarie, ante el poder, pero desgraciadamente Kamchatka sólo dura mientras las fuerzas aguantan.
Rubén J Gutiérrez d’Aster
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