• Por Antonio Méndez

la boda de mi novia cartel poster

Dirección: Paul Weiland.
Intérpretes: Patrick Dempsey, Michelle Monaghan, Kevin McKidd, Busy Philipps.

Sinopsis

Tom Bailey (Patrick Dempsey) decide pedir matrimonio a Hannah (Michelle Monaghan), su mejor amiga, después de darse cuenta que no puede vivir sin ella ante su ausencia durante varias semanas en Escocia. Cuando está a punto de proponerle el matrimonio, Tom descubre que Hannah se ha prometido con un escocés llamado Colin (Kevin McKidd) y quiere que él sea su “dama” de honor en la boda.

Crítica

Película dirigida por el inglés Paul Weiland, director de escaso interés cuyo mayor logro profesional ha sido colaborar en guiones de la serie humorística “Mr. Bean”.

Una fiesta de disfraces con Patrick Dempsey (con careta de Bill Clinton) en busca de su particular Mónica Lewinsky abre esta comedia romántica sobre lucha por la pareja ideal con triángulo amoroso, personaje fuera de contexto y encuentro intercultural.




la-boda-de-mi-noviaEs una comedia que mezcla el sentimentalismo con la chabacanería, el tipismo y la caricatura.

Nada original, tiene resonancias de otras comedias más o menos recientes, como “La boda de mi mejor amigo” o “Planes de boda”, sin olvidar clásicos de bodas como “Historias de Filadelfia” (no te cases con ese, cásate conmigo) o “El padre de la novia” (organización de boda).

Patrick Dempsey desde muy joven y sus tiempos de “Ellas los prefieren jóvenes” y “Loverboy” ha demostrado ser un digno protagonista de comedias romántico-sexuales, y aquí no desmerece tal dignidad. No sabemos que desodorante utiliza, pero todas las mujeres con las que se cruza parecen sentirse atraídas por su encanto en esta película. Ahora le dejan el teléfono, más tarde le miran miradita insinuantemente mientras se toma un piscolabis…




Estamos ante el típico personaje despreocupado que parece sentirse muy cómodo sin ataduras sentimentales… Para el mete-saca tengo a cuatro chicas de buen ver, para hablar a mi amiga Michelle Monaghan (que tampoco es que está nada mal).

Pero ay, amigo… Las cosas cambian cuando tal rutina (que no deja de ser un estancamiento vital a cierta edad) se modifica y las carencias se convierten en necesidades…. Ahora la quiero y quiero casarme con ella, tengo que reconocer qu ele sexo es placentero pero no lo más importante en la pareja. Con esta disfruto el coito pero no sé de que hablar. La otra es espléndida en el catre pero no dice más que bobadas.




El personaje central define su objetivo amoroso y la trama le impone un difícil obstáculo: un rival casi perfecto. Su familia posee castillos, él posee un miembro potente y encima le macacha al baloncesto ante sus amigos.

Aparentemente nada que hacer más que ayudar a organizar la boda como dama de honor y poner cara de contentillo en la superficie, contraste empleado cómicamente en diversos momentos.
Ante tal noticia no faltan los previsibles escenarios de desconcierto y choteo ante tal elección, y las estratagemas de Dempsey por lograr el amor de la fresca “chica de al lado” Monaghan.
No es difícil imaginarse el final tras un paseo turístico-costumbrista por Escocia.

Narrada con ritmo, las situaciones creadas no superan la farsa formulista y el esbozo de personajes, a pesar de que en ocasiones acierta en el humor físico. Tan amena como olvidable.

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Patrick Dempsey
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