Dirección: Simon Stone.
Intérpretes: Ralph Fiennes, Carey Mulligan, Lily James, Johnny Flynn.
Con guión de Moira Buffini (“El Último Virrey De La India”).
Sinopsis
Inglaterra, año 1939, vísperas del inicio de la Segunda Guerra Mundial.
La joven viuda Edith Pretty (Carey Mulligan), aquejada de problemas graves de corazón, contrata a Basil Brown (Ralph Fiennes) para que excave unos túmulos que existen en su finca y que ella cree que pueden ocultar hallazgos arqueológicos de gran valor.
Crítica
“La Excavación” se basa en la historia real de Edith Pretty, propietaria de las tierras donde a finales de los años treinta se encontró uno de los enterramientos más importantes del Reino Unido, un barco funerario de la época de los anglosajones. Con la ayuda del “excavador” Basil Brown, Edith impulsó la prospección basándose en una intuición.
La película adapta el libro de John Preston que novela esos hechos reales.
Las interpretaciones son todas muy correctas, comedidas.
La presentación de los personajes se hace a buen ritmo, resulta efectiva, enseguida se ve la pasión de los protagonistas por la arqueología.
Entre lo más destacado del film están las interpretaciones de Carey Mulligan dando vida a Edith, la viuda adinerada, delicada de salud, solitaria y con un toque melancólico; y de Ralph Fiennes como Basil, un veterano excavador, arqueólogo autodidacta. Ambos atraídos por la forma de entender la arqueología.
También es destacable la fotografía.
Paisajes con tonos ocres, panorámicas, planos cenitales… atmósfera de preguerra en el escenario de un caserón de la campiña inglesa. Recuerda en ocasiones a las películas de Terrence Malick.
Se muestra bien el meticuloso y laborioso proceso de excavación.
La música acompaña de manera óptima a la historia, ayudándole a darle el tono melancólico que define su perspectiva.
La primera parte de la película está muy bien contada, con buen ritmo narrativo y con la historia girando en torno a la excavación y a los dos protagonistas.
Cuando se añaden nuevos personajes, con un equipo enviado por el Museo Británico, se crean tramas complementarias y la película pierde el interés con asuntos paralelos de corte amoroso.
Son historias convencionales que no sorprenden, añadidos que relegan a los dos personajes protagonistas en una dispersión que reduce el interés global de la película.
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