Dirección: Niki Caro.
Intérpretes: Jennifer Lopez, Lucy Paez, Omari Hardwick, Joseph Fiennes.
Con guión de Andrea Berloff (“Noche De Venganza”), Peter Craig (“The Town: Ciudad De Ladrones”) y Misha Green (“Territorio Lovecraft”).
Sinopsis
Una mujer embarazada (Jennifer Lopez) testifica ante unos agentes del FBI, entre ellos Willaim Cruise (Omari Hardwick), para localizar a dos criminales: Héctor Álvarez (Gael García Bernal) y Adrian Lowell (Joseph Fiennes).
En ese momento la banda de Lowell irrumpe en el piso y termina acuchillando en el vientre a la mujer. La hija sobrevive pero la madre tiene que ceder su patria potestad para proteger la vida de la niña, a la que llaman Zoe (Lucy Paez).
Ella acepta siempre que le informen de situaciones de peligro que pueda correr y de sus cumpleaños para ver su evolución. En ese momento se traslada a una cabaña aislada en Alaska.
Doce años después, Zoe, que vive una existencia feliz junto a su familia adoptiva, volverá a la vida de la madre, tras su secuestro por hombres de Álvarez.
Crítica
Vehículo para lucimiento de Jennifer Lopez, protagonista y productora de la película.
La parte inicial se vuelca en secuencias de acción con una narrativa en tono taciturno generado por la pérdida obligada del vínculo materno-filial y el aislamiento elegido en clima hostil.
Conocemos al personaje principal, su pasado como militar, con especiales dotes para el disparo como francotiradora (no falla un tiro ni queriendo), y su honestidad ante relaciones con criminales que siguen marcando su presente.
Hay secuencias de acción “una contra todos” bien rodadas, con un montaje dinámico y persecuciones intensas por calles llenas de gente, destacando la que se lleva a cabo en Cuba.
Más tarde, con un guión arbitrario para que cuadren motivos y acciones, la historia se vuelve melodramática, con situaciones de aprendizaje, reproches llenos de tópicos, temas de protección y sacrificio, y el previsible acercamiento emocional, preludio de un clímax que retoma la acción acumulando no pocas fantasmadas.
Los personajes principales no es que sean muy profundos, pero tanto tiempo en pantalla sirve para que parloteen sobre sus emociones y sus pasados.
Los secundarios no lo son nada más allá de servir como elementos simples para el enfrentamiento entre buenos y malos.
Entre los últimos, un Gael García Bernal de efímera aparición.
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