Dirección: David Blue Garcia.
Intérpretes: Sarah Yarkin, Elsie Fisher, Mark Burnham, Jacob Latimore.

Con guión de Chris Thomas Devlin.

Sinopsis

50 años después de los asesinatos sin resolver en la zona, un grupo de amigos, Dante (Jacob Latimore), su novia Ruth (Nell Hudson) y las hermanas Lila (Elsie Fisher) y Mel (Sarah Yarkin), cansados de la ciudad, adquieren un pueblo abandonado en Harlow, Texas, para crear un espacio, hacer negocio y desarrollar su mundo ideal.
Pronto se dan cuenta que el pueblo no está tan deshabitado como parece: una anciana (Alice Krige), que regía un viejo orfanato, no quiere marcharse.
Este hecho desencadena el regreso de Leaterface (Mark Burnham), quien vivía en el orfanato con la mujer, y la vuelta de la única superviviente a su masacre, Sally Hardesty (Olwen Fouéré).

Crítica




Secuela del clásico slasher “La Matanza De Texas” de Tobe Hooper, una de las varias continuaciones de las correrías de Leatherface y cía que explotan el terror rural con la conocida iconografía del criminal con máscara y motosierra en ristre.

La película, con una acción que transcurre en pocas horas, casi no tiene historia.

Ubican a varios urbanitas en ambiente de pueblo fantasma y, portándose mal con la paisana que queda en el lugar, terminan siendo víctimas de sus (des)propósitos.
Al final hasta hacen caer bien a Leatherface, al que han dejado “huérfano” cuando estaba muy tranquilito en su casa aislada.

No falta el personaje traumado ni el reencuentro con motivos de venganza dentro de una trama de rutina de supervivencia con regodeo criminal, sangre y mondongos a granel, alguna sátira leve a las redes sociales, o clave cansina de “este no muere ni a cañonazos”.

Es más gore que las previas.