• Por Antonio Méndez

la momia la tumba del emperador dragon critica cine
Dirección: Rob Cohen.
Intérpretes: Brendan Fraser, Jet Li, Maria Bello, Luke Ford.

Tercera película de la serie “La Momia” iniciada en el año 1999. Con guión de Alfred Gough (“Tipos Duros”, “Soy El Número Cuatro”) y Miles Millar (“Tipos Duros”, “Soy El Número Cuatro”).

Sinopsis

Rick O’Connell (Brendan Fraser) y su hijo Alex (Luke Ford) tendrán que vérselas con el Emperador de Qin (Jet Li), un tirano sepultado por la hechicera Zi Juan (Michelle Yeoh) que ha vuelto a la vida y pretende conquistar el mundo.

Crítica




En el año 1999 Stephen Sommers cruzó las películas clásicas de la Momia con Indiana Jones y otros títulos épico-fantásticos (desde las películas de Ray Harryhausen a la mirada desértica de David Lean pasando por las épicas con protagonismo de Charlton Heston) para configurar una pasable película (a pesar de su enfoque adolescente) de aventuras fantásticas.

Años más tarde confundió el cine con un carrusel de feria con chuleo de efectos especiales, y muchos años después, abandonó la silla de director para producir con dirección de Rob Cohen (responsable de “A Todo Gas” o “XXX”) la tercera entrega, remachando lo ofertado en la segunda historia.

De esta manera lo ofertado es un popurrí todovalista estridente con una historia planteada como si fuera un videojuego caro de arcade tipo pantalla superada, que venga la siguiente que tengo más vidas.




the mummy reviewDespués de una introducción con voz en off en la película puede pasar de todo y aparecer cualquier cosa con tal de montar bulla. Ahora me convierto en un dragón con tres cabezas, que si varios yetis bonachones mal diseñados con CGI, que si el ejército de terracota, que si nos acordamos del utópico Shangri-La himalayesco y el “Horizontes perdidos” de Hilton-Capra, si ahora una pelea tipo artes marciales de Hong Kong… Lo importante es pasar pantalla y llegar al estrépito final.

A la base aventurera, con escenas interminables y expandidas en un empacho de recursos reiterados en las previas entregas, le sumamos interpretaciones rutinarias, apuntes paterno-filiales de chicha y nabo, romance de instituto, y varios chistes, que son o sacados de “Su juego favorito” de Howard Hawks (el de la pesca), de la autoparodia, o de alguna frase poco ingeniosa con doble sentido.

El que disfrutara con la primera secuela, seguramente volverá a hacerlo con esta segunda. Los demás, en especial los que abominan del efectismo sin medida y sin nada que decir más allá del ruido, pueden abstenerse sin problemas.

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Brendan Fraser
Jet Li
Maria Bello
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