• Por Antonio Méndez

freaks la parada de los monstruos movie poster cartel peliculaDirección: Tod Browning.
Intérpretes: Wallace Ford, Leila Hyams, Olga Baclanova, Harry Earles.

Con guión de Willis Goldbeck (“El Hombre Que Mató a Liberty Valance”) y Leon Gordon (“Kim De La India”).

Sinopsis

Cleopatra (Olga Baclanova), una hermosa trapecista que mantiene una relación con el fortachón del circo en el que trabaja, Hércules (Henry Victor), acepta casarse con Hans (Harry Earles), un enano que abandona a su prometida, Frieda (Daisy Earles), por Cleopatra. El propósito de esta última es hacerse con su dinero.

Crítica




freaks-parada-monstruos-review-criticaAlegoría de Tod Browning que significa la verdadera belleza, la auténtica monstruosidad en el interior más allá del exterior; y la necesidad, para una mejor convivencia entre diferentes, de normalizar lo en apariencia anormal.

La película es inolvidable.
Tras un prólogo de intenciones, narra en flashback una historia dramática con vínculos románticos en un fondo de ambiente circense que reúne a personajes diversos, muchos de ellos con malformación, deformidades; todos unidos en solidaridad y defensa… … ofenden a uno, ofenden a todos…




Algunas interpretaciones se han quedado exageradas, la trama no es que sea muy inventiva ni los personajes muy profundos, pero el mensaje es efectivo en su sencillez, y más con la singularidad de que los caracteres sufren alteraciones y deformaciones reales.
Destaca la secuencia de la boda, el juego escapista en el campo que muestra la sensibilidad de la dueña del circo con sus “monstruos”, y el intenso clímax de venganza nocturna.
Una injusticia puede alterar a cualquier ser, en apariencia, amable e inofensivo.




freaks la parada de los monstruos critica pelicula movie review fotos pictures imagesEn un circo, una bella trapecista llamada Cleopatra (Olga Baclanova) acepta casarse con un enano de nombre Hans (Harry Earles). A diferencia de los sentimientos amorosos que siente Hans, Cleopatra solamente desea su dinero.

Un género, que procedente de las novelas por entregas, no puede faltar en el panorama del cine comercial, es el dedicado al “terror”. Tanto en el período del mudo, como con la llegada del sonido, y hasta nuestros días, el cine de terror se ha convertido sistemáticamente en uno de los recursos habituales para el periódico saneamiento económico de las productoras.

En principio, como en la mayoría de los estilos, el cine se limitaba a copiar el ingenio más o menos acertado de los novelistas. No obstante, poco a poco, este género ha llegado a producir filmes de gran interés, ha consagrado a directores y actores, y sobretodo, ha dado nuevos impulsos a los mitos que continúan perdurando a través del tiempo. Los Dracula, Frankestein, la Momia, o tantos otros, deben sin duda su longevidad al fenómeno de la gran pantalla.




Ya desde la pasada época muda, quien más brilló en este escaparate de engendros de la imaginación, fue un aventajado alumno del maestro Griffith, llamado Tod Browning, quien asumió con gran acierto los recursos del expresionismo, para dignificar un género decididamente populachero y comercial.

Si su éxito más reconocido ha sido sin duda, la recreación del conde Dracula; desde el punto de vista creativo su trabajo más importante, es su alucinante película “Freaks” (monstruos), traducida al castellano como “La parada de los monstruos”.

El original argumento, se desarrolla en el mundillo del circo, donde convive el éxito de las bellísimas estrellas del momento, con las “repulsivas” representaciones de personas con graves deformaciones, que se convertían a sí mismos y a sus desgracias en morbosas atracciones.




En el film, Hans, uno de los enanos del circo, se enamora de la diva del espectáculo, ésta percibida de su seducción, decide seguir el engaño al infortunado admirador, con el fin de burlarse de él y apoderarse de su dinero. El descubrimiento de la trama por parte del resto de la “troupe”, desencadena la solidaridad de sus amigos, para, en una terrible venganza, llegar a convertirla en uno de ellos. Una venganza cruel, que nos descubrirá también el lado oscuro de la humanidad de los “freaks”.

A pesar de su maestría en las caracterizaciones de sus “engendros”, una de las constantes de Tod Browning en la dirección de sus películas, fue el que nunca permitió que esas transformaciones ocultasen una sensible personalidad minuciosamente estudiada en sus personajes. Probablemente, aunque únicamente se buscase la alucinación y la morbosidad del espectador, este respeto psicológico por sus protagonistas, hace cobrar una vigencia absoluta a “Freaks”.

Destinada inicialmente a entretener a las mentalidades más modestas, hoy, dentro de un entorno decididamente competitivo y excluyente, continúa de plena actualidad el problema que sufren las personas con graves malformaciones y disminuciones físicas o psíquicas.

Angel Lapresta